—Técnicamente, Savanah ya se iba. – Dije divertida. — SI se quedó a escuchar cosas que no quería saber, fue enteramente por decisión propia y, de todas formas, no entiendo el problema de eso. —El problema es que toda la información sobre la corusna es confidencial y yo… —Le aseguro — Dije interrumpiendo su discurso. — que el príncipe Cole es muy consciente de que su hija posee esta “información” y que si le importara un carajo que su hija sepa de nuestra relación de pareja, no la hubiera dejado salir de mi mansión viva. Ahora, tampoco veo un ejército a las puertas de su casa sacándolos a rastras. Así que creo que sus preocupaciones y medidas son infundadas. — Dije con un encogimiento de hombros y luego saqué una de mis joyas y se la extendí. Como no la tomó, se la dejé suavemente sobre la mesa. — No tenemos dinero en este momento, así que puede tomar esto como pago. —No quisiéramos prescindir de sus servicios, curandero. Que tenga un buen día. —Dijo mi tío levantándose. Mateo y yo l
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