POV SEBASTIANOPara cuando Dario volvió, la frustración me estaba carcomiendo. Sentía la tensión subir por mi cuello, irradiando dolor hasta mi brazo en cabestrillo. Mi paciencia estaba al borde del colapso.—No vas a solucionar nada ahora, no hasta que puedas recordarla y… —comenzó Dario, pero lo corté en seco.—No —dije con firmeza, apretando la mandíbula—. Admito que al principio no recordaba algunas cosas, ni siquiera mi puto nombre cuando desperté en ese maldito hospital. Pero ya he empezado a recordar. Mi vida, mis decisiones... todo está regresando. Y sé que, si me hubiese casado con ella, lo recordaría. ¿Por qué carajos no recordaría algo tan importante?Se encogió de hombros, bajando la voz en un murmullo.—No lo sé...Mi frustración se intensificó, las piezas del rompecabezas no encajaban, y eso solo me hacía más jodidamente furioso.—¿Y por qué no te lo habría dicho a ti? —continué, levantándome de mi asiento y caminando con pasos tensos—. Eres mi mejor amigo, mi consiglier
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