Samantha reaccionó como una desquiciada, comenzó a dar gritos y a lanzar todo al piso, sin importarle nada, incluso golpearse con alguna mesa o silla que se encontraba a su paso. Gari intentaba detenerla pero era imposible, lo golpeaba con furia, con la rabia y frustración contenida durante todos esos días, desde que supo que él tenía una amante. —¡Te odio, te odio! Eres un maldito. —Sam, cálmate por favor —dijo él, envolviéndola entre sus brazos, pero ella lo apartaba con fuerza, interponiendo sus brazos, usando su propia fuerza para liberarse. Intentaba empujarlo golpeando y agrediendo a Gari.Los gritos de Samantha alertaron a Simons y Susane, quienes al escucharlos, supieron que se trataba de su hija.—¡Es Sam, Simons! ¿Qué le está ocurriendo? —dijo la mujer y el hombre se incorporó rápidamente, se colocó el albornoz de seda y salió rumbo al dormitorio de su hija. Al intentar a abrir la puerta, estaba cerrada. Comenzó a empujar con fuerza y gritar desde allí.—Abre la mal
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