La pareja estaba parados frente a la lápida de hermano, dejando un ramo de flores en ella. Hace tiempo que Leandro no iba, por los recuerdos bueno que le causaban nostalgia, pero era momento de dejarlo ir. Lo hizo, pero siempre evitando asumir la realidad. Jazmín empujó el carro del bebé una vez que su esposo le indicó que era hora de marcharse. — Quiero llevarte a un lugar — dijo Leandro, tomando la mano de su esposa —. Antes de que preguntes, es una sorpresa. — No me gustan las sorpresas porque me ponen ansiosa — respondió ella, cargando al niño y colocándolo en su silla en el auto, mientras Leandro guardaba su carro en el portabultos —, así que, dímelo. Leandro cerró y se asomó a mirarla desde atrás de la camioneta, con una sonrisa. — Esa forma de ordenar no me convence — respondió. Se acerca a ella, deja un suave beso en sus labios, y luego, abre la puerta —. Sube, porque no tienes otra opción que tragarte la curiosidad. Sorpresa es sorpresa. — ¡Auch! Eso fue cruel — dijo la
Leer más