Capítulo XL. La mudanza, primera vez en la casa del Alfa parte 2.
Hanna. Cuando llegamos a mi habitación, no podía estar más sorprendida, no solo era bella, simplemente era la habitación que hubiera utilizado alguien de la nobleza, o cualquier alma romántica. Ni me podía creer que durante un año iba a dormir allí, en esa enorme cama dosel, columnas de madera, y telas de seda y gasa que cubrían el techo de la cama, y a su alrededor, haciendo que te aislaras del exterior si la mantenías cerrada, intente que mi imaginación no volara, pero por un segundo, me vi a mí, en brazos del Alfa, aislados del mundo, dando rienda suelta a nuestro deseo. Tuve que agitar la cabeza con fuerza, incluso marearme un poco, para borra esa imagen. Miré a mi alrededor, evitando mirar a la cama. Se podía decir que tenía de todo, un vestidor enorme, que solo servía para cubrir una mínima parte con la ropa que había traído, además de varios tocadores, y una isla que servía para guardar joyas y demás complementos que ni tenía, si hablamos del baño, era el sueño de cualquier m
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