Iba a despertar en cualquier momento, iba salir de ese pantano oscuro en el que Conan la habia abandonad y del cual no encontraba el camino de vuelta a su lugar seguro, era tan irreal todo, menos el dolor en su pecho, ese corría por sus venas como un veneno destruyendo todo deseo de vivir.Su cuerpo se encontraba helado, sus ojos secos, rojos, perdidos de tanto llorar, repetía el nombre de Conan entre sus labios ásperos, sus brazos se mantenían cruzados aferrándose al calor que se quedo marcado en su fantasía.Cuando Derek intento levantarla para llevarla a casa ella reacciono de manera impulsiva, no soportaba que nadie la tocara.—No, déjame… no me toques — se aferró a ese lugar, se arrastro sobre sus piernas acercándose más a las plantas del árbol, como si todos a su alrededor fueran sus enemigos.Como podrían estar tan ecuánimes todos, su rey acaba de morir, no lo entendía.—Jena entiendo lo que estes sintiendo, pero no te hace bien estar aquí. —Déjame, no entiendes él va volver
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