Alguna vez cuando era pequeña, vi una película sobre un chico que se enamoraba de una chica del pueblo vecino. No era muy agraciado y temió que la chica no le correspondiera, así que trabajó muy duro los siguientes años en hacerse de un buen nombre en los negocios y ser exitoso. Entonces se enteró que en el pueblo vecino habría una gran boda y que la flamante esposa era aquella chica. Esa misma noche la secuestró. Nunca la forzó a estar con él, solo le pidió que le diera un año para tratar de conquistarla y después la regresaría a su pueblo si es que no lo quería.Solo le bastó a la chica un par de meses para aceptar al chico. Y entonces se dedicó el resto de su vida a amarla y hacerla feliz.Yo, en mis tiernos e impresionables cinco años, pensé que eso era algo muy romántico. Así que sin saber una mierda sobre el Estocolmo, pedí a un montón de estrellas que un día mi príncipe azul me secuestrara.Ahora me estaban secuestrando tres osos y, a la mierda, no había nada romántico en ello.
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