-Si me disculpa. - Dije importándome una m****a irme a mitad de la conversación. Tenía un plan mientras esquivaba gente en mi camino hacia chico rubio. Le diría algo así como un "¡Hola! Quizá no me reconozcas por el no tan obvio disfraz, pero soy Stella".Si el chico lucía confundido o desinteresado, entonces me había equivocado de citadino. En cuyo caso, solo tenía que alegar que la pésima iluminación no ayudaba a mis pobres ojos y que me había confundido de hombre.Peeeero, si él me reconocía como su cliente, entonces lo llevaría afuera para explicarle nuestra coartada e historia de amor.Ciertamente llevaba días planeando a qué se dedicaría mi falso novio y me estaba decantando por un astronauta, sin embargo me gustaba más la idea de que me sacara de la cárcel.Yo tenía toda la pinta de ser una chica de pandilla. Joder, incluso podríamos salir de aquí e irnos a hacer en la ciudad más cercana tatuajes a juego.¿Sería muy extremo que le pidiera tatuarse un conejo malvado comiendo un
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