Ya llevamos cinco meses en la ciudad de Medellín, donde nuestra vida no ha sido nada fácil pero cada día nos esforzamos por salir adelante y alcanzar nuestros más lindos y grandes sueños. La llegada a casa de mi tío fue muy dura por que los dos primeros meses nos trataban como si fuéramos las sirvientas personales de su esposa e hijas, pero no se engañen que mi tío no lo sabía cómo dije al principio es un hombre justo, todo el maltrato que sufríamos por ese tiempo gracias a esas mujeres era cuando el se marchaba a trabajar y nosotros nos quedamos en la casa. Nos tocaba hacer de todo lo relacionado con la casa, como limpiar, lavar, cocinar, darle de comer a los animales, los recados, absolutamente todos, como si nos estuvieran pagando o peor como si fuéramos sus esclavos, pero nos tocaba aguantar todas esas humillaciones por que no teníamos a donde ir, primero porque no conocíamos a nadie en la cuidad y segundo no podíamos regresar al pueblo por que una noche antes de venirnos, nos pa
Leer más