Julieta miró vacilante a Jasmine. Ella le enseñó la lengua mientras se reía.—Julieta, no puedes culparme por esto, se suponía que debía estar en el funeral. Sin embargo, me desperté de una siesta y estaba volando sobre el océano…»Realmente estaba muerta de miedo. Pensé que alguien estaba tratando de hacerte daño y por supuesto tuve que defenderme de inmediato.—¿No viste la carta que te escribí?—¿Carta? —Jasmine se irguió—. La vi, pero no quise irme. Además, acababa de volver cuando me enteré de tu accidente. Julieta, estoy muy preocupada por ti.Al escuchar sus palabras, Julieta se sintió muy culpable.—Lo siento, te hice preocupar de nuevo.—Julieta, no digas esas cosas. Pero ¿cómo fue que te llevaron?Al recordar esto, Julieta levantó la vista, miró a Ismael y frunció los labios.—Ismael, me salvaste una vez más. De verdad que no puedo pagar mi deuda.La cara de Ismael cambió ligeramente. No lo negó, tampoco lo confirmó. —Menos mal que pulsaste la señal de socorro. Si no las cos
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