Capítulo250
Julieta frunció el ceño cuando pensó en Dalila. Se preguntó qué habría intentado hacer Leandro para probar la inocencia de Dalila.

Luego sonrió amargamente y sacudió la cabeza. Olvídalo. ¿Qué sentido tenía pensar en eso, para qué iba a aumentar sus preocupaciones? Así que dio media vuelta y bajó a tomar el sol.

Lo que Julieta no esperaba era que, al día siguiente, cuando salió a dar un paseo, se volviera a encontrar con la señora Jiménez. Qué irónico que los enemigos siempre se encontraran.

Julieta no quería discutir con ella e hizo como que no la había visto. Planeaba hacerse a un lado y esperar a que la señora Jiménez pasara antes de irse.

Pero no imagino que antes de que pudiera apartarse, de pronto, un hombre salió corriendo con un cuchillo en la mano y gritó:

—¡Alto ahí, todos!

Julieta se quedó helada. Obedientemente se quedó inmóvil, no se atrevía a moverse.

¿Qué pasó? ¿Un robo en un hospital?

La enfermera iba a llamar a la policía. Sin embargo, con un solo movimiento el hombre
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