Observé mi nueva imagen en el espejo, esperando encontrar algún detalle que me haga parecer a Abigail, pero a mí parecer, el cambio en el color y lo largo dele cabello, el de los ojos y aplicándome un maquillaje de tonalidades suaves, pero sensuales me hizo ver muy diferente a lo que éramos las dos. Recordar las tantas veces que nos hicimos pasar por la otra, me sacó una sonrisa triste. Solo nuestros padres nos habían logrado diferenciar la una de la otra, así lleváramos puesta la misma ropa y nos dejáramos el cabello igual.Mi plan de escabullirme en ese club no puede fallar. Si mi hermana concurría el lugar con frecuencia, estaría en graves problemas si llegaran a descubrir mi parecido con ella.Salí de la habitación y me dirigí a la sala a mostrar el resultado a Santiago y al Sr. Avellaneda. Luego de lo que ocurrió la otra noche, las cosas entre los dos se han puesto un poco raras. Mantenemos una agradable relación, pero es súper incómodo cada que las palabras se acaban y nos queda
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