Tras varias horas en el departamento de policías, la pareja pudo abandonar el lugar junto a los pequeños que se sentían muy cansados. Cuando salieron del edificio, se encontraron con Amber que estaba despidiéndose de Dustin, la chica vio a la pareja y se acercó a ellos. —Me despediré de mi hermano —espetó el joven, Kimberley solo asintió. —Francis, ya pudieron terminar todo —consultó el mellizo. —Sí, nos notificarán cuando un juez firme la orden de restricción. —Se colocó las manos en los bolsillos—. ¡Rayos! Esta situación es un tanto incómoda. —Se balanceaba sobre sus pies hacia delante y atrás. —Lo sé, hermano. —Se encogió de hombros—. Supongo que todo se solucionará —Fran —El joven volteó al escuchar la voz de Kimberley. —Es hora de irme, pero tenemos una charla pendiente. —Lo sé, déjame solucionar mis temas en el hospital y me contactaré para que nos reunamos. —Bien, me voy. Los niños y Kim están agotadisimos. —Lo entiendo. —Una cosa más, no te sientas culpable por las d
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