Cuando llegamos a la oficina sé lo que me espera, mi madrastra abre la puerta, ella se queda parada afuera y cuando entro la cierra, veo a mi padre en su escritorio, me sonríe con su sonrisa diabólica que desde pequeña me ha dado un poco miedo. -Mi pequeño tesoro te he esperado, siéntate que tenemos que hablar muchas cosas- Ya sé a qué se refiere con muchas cosas el negocio familiar, de el que no quiero saber ni involucrar, me siento tranquila ya que cada vez que llego siempre tenemos la misma conversación. -Solo te diré que si es de tus negocios sucios me levanto y me voy, ya te he dicho que no me voy a involucrar- Le digo para no seguir la conversación. -Y tu quien te crees que eres para hablarle así a tu padre, que yo sepa todavía no se han girado los papeles, cuida lo que dices si no quieres volver más a Estados Unidos, eso me pasa por complacerte en tus caprichos, cállate y escúchame, me estoy poniendo viejo y es tu responsabilidad tomar mi lugar siendo la única heredera que t
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