56. Mami, tengo miedo
La casa de Guillermo, pese a su tamaño y su lujo, tenía en ese momento el aire de un santuario, un refugio seguro contra las tormentas del mundo exterior. Cuando Yadira y Guillermo llegaron, lo primero que hizo ella fue llevar a Sofía a su habitación. La pequeña, aún con los rastros del miedo en su mirada, se aferraba a su madre como su única certeza en el mundo.Desde la puerta, Guillermo observaba en silencio cómo Yadira acunaba a Sofía, su voz suave como una caricia mientras le cantaba suavemente una canción de cuna.—Mami, tengo miedo —susurró Sofía, su voz apenas audible.—Shhh, mi amor, ya estás en casa. Estás segura aquí, con mamá y Guillermo. No dejes que el miedo quite espacio a los bonitos sueños que tendrás esta noche —respondió Yadira, meciéndola con delicadeza.—¿Me prometes que no nos dejarás? —La pregunta de Sofía estaba llena de una vulnerabilidad que rompería el corazón más duro.—Te lo prometo, mi vida. Siempre estaré contigo, pase lo que pase —aseguró Yadira, deposi
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