36. Amor, déjame atender la llamada.
La cocina se impregnó del aroma del café recién hecho y las tostadas. Guillermo, buscando una forma de disculparse con Yadira, quien no le dirigía la palabra, sirvió los huevos revueltos y las salchichas en un plato. Desde donde estaba, pudo ver a Yadira en la sala, sentada junto a Sofía, ambas aún en pijamas y jugando juntas. Parecía el momento ideal para acercarse y pedir perdón.No obstante, justo cuando estaba por dar el primer paso, el teléfono de Yadira sonó. Guillermo contuvo un gruñido y se quedó paralizado, esperando a que ella atendiera la llamada.Detestaba esos imprevistos que interrumpían sus planes, especialmente cuando implicaban dejar a un lado su orgullo y disculparse, lo cual siempre le resultaba difícil.Yadira, por su parte, se sentía un tanto perdida y prefería centrarse en Sofía para evitar cruzar miradas con Guillermo. No quería que él detectara la confusión reflejada en sus ojos. La llamada de su teléfono llegó en un momento oportuno, brindándole una excusa par
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