Frente al espejo, observando el vestido negro intenso que se ajustaba a sus curvas de forma sutil, elegante, que resaltaba su tez y le daba un toque de misterio y seducción, estaba Aylin sonriendo, satisfecha por su elección, sin embargo, estaba empezando a sudar por la lucha que tenía con el cierre, ya que sus manos no alcanzaban y comenzaba a sentirse incómoda.—Debí escoger algo menos complicado. Se vería tonto que llame a una empleada. Vamos, Aylin, siempre has podido hacerte todo tú misma—, se animó a sí misma, decidida a resolver el problema. Continuó peinando su cabello y aplicándose un maquillaje ligero.—Estoy lista, solo necesito subirme el cierre —, murmuró, volviendo a intentarlo. Sin embargo, antes de que pudiera lograrlo, unas manos se posaron en el cierre, apartando las suyas. Se quedó tensa, tragó saliva, y su mirada se fijó en el espejo frente a ella, donde vio que Damián la observaba a través de él.Su corazón comenzó a acelerarse al sentir la respiración cálida de
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