Liam abrió los ojos, sobresaltado, al escuchar el insistente sonido de su móvil. Rápidamente encendió la lamparilla de noche, percatándose de que su esposa no se encontraba junto a él, tal y como recordaba, y, confuso, tomó el aparato que se encontraba sobre la mesilla de noche.—¿Hola? —preguntó, adormilado.Se incorporó de inmediato en la cama al oír un quejido del otro lado de la línea.—¿Amy? ¿Eres tú? —inquirió con el corazón en un puño.Un nuevo quejido rompió el silencio, antes de que se oyeran unos pasos, una puerta que se cerraba abruptamente y la comunicación se interrumpiera abruptamente.Con la bilis ascendiendo por su garganta, se puso de pie y se encaminó hacia la cocina en busca de su esposa, pensando en que, quizás, se había levantado en busca de algo para comer, dado que se había pasado la hora del almuerzo. Sin embargo, cuando cruzó la puerta de la habitación, solo se encontró con Nan durmiendo en el sofá de la sala y ni rastro de Denise. ¿Dónde diablos se habría met
Leer más