En un gran salón, Hiro y Kogan aguardaban la llegada de las lunas. Roland, con sus ojos en blanco, supervisaba que todo estuviera listo. Kogan, por su parte, había pasado toda la mañana intranquilo, luchando contra sus deseos de ir a ver a su luna.Hiro observaba a su hermano mayor, notando su inquietud y comprendiendo el motivo. No era normal que un licántropo recién unido a su compañera estuviera alejado de ella. Sin embargo, entendía que Kogan temía que, al estar con Cristal, podría lastimarla, siendo ella humana.Hiro esbozó una sonrisa siniestra, a punto de soltar un comentario para molestar a su hermano mayor. Sin embargo, se detuvo cuando sintió a su pareja comunicarse a través del enlace, informando que Cristal ya estaba lista. — Ya vienen — informó Hiro, su tono cargado de anticipación. — ¿Está todo listo? — preguntó a Roland.— Todo en orden, solo falta nuestra luna — respondió el primer beta, mientras se dirigía al lugar donde se encontraba Kogan, aguardando la llegada de s
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