Solo por fastidiarlo, lo comí demasiado rápido y fue curioso que mi cerebro resistiera la fría textura sin darme problemas. Tiré los restos del cono en la basura y seguí a Barnaby por una puerta detrás de la cafetería, por donde Adele se había inmiscuido. Dentro, estaban los famosos casilleros, en donde ella estaba mirándose al enorme espejo que había. Llevaba puesto un bikini de dos piezas muy erótico color negro, que casi no dejaba nada a la imaginación. Barnaby elevó los ojos al techo, pero no le dijo nada. Se dirigió al casillero continuo al de ella y extrajo una bolsa negra.—Iré al sanitario a cambiarme—anunció, yéndose con la bolsa.—Tienes suerte de que mi nuevo traje de baño sea de una pieza—chilló Adele junto a mí y hurgó en su casillero para sacarlo. Me lo extendió y lo desdoblé con los ojos entornados.Era color vino, y sí, era de una sola pieza, pero tenía un escote en el pecho, es decir, un círculo en el centro que tampoco dejaba nada a la imaginación.—Eh, no es mi est
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