Cuando me cercioré de que se había largado, dejé mi bolso en la cama y acaricié cada uno de los vestidos. Eran bellísimos y adecuados para la ocasión. El primero, como los otros tres, era largo, la parte de la espalda estaba totalmente descubierta en los costados, con unas tiras horizontales adheridas a la parte de enfrente. El escote se abría en dos ramas para cubrir el pecho y se unía como tirantes. Definitivamente, era muy atrevido. Y no era mi estilo. El segundo, estaba repleto de pedrería en la parte de enfrente, con un solo tirante, el izquierdo para ser específicos, y el hermoso resto del vestido caía como una cascada. Muy bello, pero tampoco era para mí. Y por fin, el tercero, era un poco tallado, y no tenía tirantes. En la parte del busto era corrugado y en el área de la cintura había muchas piedras simulando un cinturón. Sonreí a mis adentros y tomé la decisión. El vestido que llevaría a esa cena espeluznante iba a ser el tercero, obviamente. Tenía un poco de caderas anch
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