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Todos los capítulos de El Arte de la Seducción : Capítulo 1 - Capítulo 10
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Prólogo
Un año atrás…Toda la familia Flynn se hallaba de luto, en el funeral de Arnold Flynn, el abuelo y único dueño de todas las acciones y fortuna de la empresa familiar, Flynn’s Corporative. Cientos de personas estaban ahí, apiñadas en torno a todos los familiares, dando sus pésames de manera dulce y empalagosa, señal de hipocresía, por supuesto. Nadie lloraba, solo fingían tristeza. El problema de los ricos consistía en que pensaban que el dinero lo era todo, incluso más importante que la vida misma. Patrick Flynn junto a su hermano gemelo Charles, eran los únicos en enemistad de la familia, es decir, ellos y sus esposas, puesto que al día siguiente el testamento se abriría, y sabrían a quién de ellos les pertenecería la herencia. En el aire se respiraba el desprecio por parte de ambos, disfrazado en una sonrisa maliciosa. No obstante, Barnaby y William Flynn charlaban en la calle mientras fumaban un cigarrillo. Los dos chicos eran hijos de ellos, eran primos hermanos y jamás se llevaro
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Capítulo 1. Inicio
Evité a toda costa postrar la mirada en aquel sobre manila que el cartero acababa de depositar dentro del buzón con total serenidad. Ocupé mi mente e hice la colada mientras el valor en mi interior se animaba a echarle un vistazo a su contenido y comencé a bailar, escuchando la radio como fondo para tener la cabeza ocupada por más tiempo y no ennegrecer la felicidad de mi hermano, que por fin había recibido una beca para asistir a un curso de arte de manera gratuita por los próximos seis meses, gracias a su fascinante talento para la pintura y todo tipo de arte que implique creatividad.—Planeo dibujarte mientras bailas, Tessa. —Le oí decir desde el comedor, donde estaba alegremente haciendo trazos, es decir, probando sus colores nuevos profesionales que decidí obsequiarle por haber sido aceptado en la academia de arte más sofisticada de Boston.Era lo menos que podía hacer por él, ya que no podía pagarle la matricula todavía para enviarlo a la universidad porque tenía que abonar al b
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Capítulo 2. ¿Qué es esto?
Tuve que releer varias veces esa nota antes de hallar la llave a su despacho. ¿Qué quería Keith Richards de nosotros, si nos había abandonado de la manera más cruel? Metí nuevamente la llave en el pequeño sobre y corrí a mi habitación para guardar el sobre grande con la notificación dentro de uno de los cajones de mi buró. Ese era el único lugar seguro de toda la casa y el sitio menos pensado para Levi buscar. Me senté al borde de la cama y me mordí el labio, indecisa. ¿Acaso era una broma? Agarré mi celular y marqué a su número con incertidumbre. Más le valía a Keith Richards ayudarme. A los tres intentos, contestó. —Despacho de Keith Richards, ¿quién habla? Elevé los ojos al techo y reuniendo el valor suficiente para contener mis palabras, repliqué. —Tessa Morgan. Acabo de leer tu recado. —¡Hola, Tessa, querida! Pensé que no llamarías pronto. —Interceptar correos ajenos es un delito. —Lo es, pero si se trata de algo de vida o muerte, es justificable. —Mejor dime de qué va to
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Capítulo 3
Asentí, sin saber que hacer o decir. Cogió su abrigo y salimos a la calle. Caminamos calle abajo y abordamos su automóvil. Al menos seguía teniendo un vehículo presentable. De camino a alguna parte, pude notar que sufría de un tic extraño en la mano izquierda, ya que le temblaba considerablemente al maniobrar con el volante, pensé en preguntarle, pero supuse que sería algo descortés, y me mantuve callada. —¿Cómo está Levi? —preguntó, cortando el silencio. —Mejor que bien, consiguió una beca para asistir a una academia de arte los martes, jueves y sábados en la tarde—respondí con orgullo. —Es muy talentoso. Recuerdo sus pinturas—lo elogió y estuve de acuerdo—con esta proposición, Tessa, Levi podría ir a estudiar a grandes escuelas de arte en todo el mundo. Tragué saliva. ¿Qué clase de condición era, para conseguir tanto dinero y a cambio de qué? —Suena estupendo, pero… —Cálmate, hija. En cuanto comamos, lo sabrás. El restaurante que eligió fue el más lujoso de la ciudad, y me pre
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Capítulo 4
Me quedé petrificada al observarle el rostro. Se parecía un poco al antiguo junior irritante del día anterior, pero más guapo y más impecable. Su cabello azabache estaba algo desordenado y su perfecto traje sastre color azul rey le quedaba ajustadamente a la medida. Parpadeé como una idiota al notar la frialdad y desasosiego en su mirada aceitunada que miraba a todas partes, menos a mí. Y hubo un error. Aparte del junior estúpido de ayer, este tenía peor la mirada, una que causaba terror. Era oscura, a pesar de que el color de sus ojos era de un tono verde aceituna. Pero al menos tenía modales. Cuando reaccioné, él ya se había marchado en su Camaro color escarlata a toda velocidad. Frunciendo el ceño, recogí mi bolso y entré despotricando mentalmente a mi escritorio. El día fue bastante tranquilo, sin mencionar mi caída estúpida con ese hombre misterioso. Pasé la mayor parte del tiempo mirando el celular, hallando la manera de distraerme y no pensar en esas preguntas. ¿Cómo podrí
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Capítulo 5
Bien, si con anterioridad había pensado que Keith Richards había perdido la cordura por completo, me equivoqué. Fue justamente en ese momento en el que me di cuenta de que él padecía de sus facultades mentales. ¿Alquilar mi vientre? ¡Estaba realmente enloquecido! Lo miré con incredulidad y me animé a reír, como quién no quiere la cosa, haciendo lo posible para descifrar si era una mala broma y que en algún segundo él se echaría a reír conmigo, pero no fue así. Keith se mantuvo inexpresivo, observándome. —Por favor, dime que no hablas en serio—dije, después de mi arranque de nervios. —Lo es, Tessa. —¿En qué estás pensando? —me alteré—no voy a rentar mi cuerpo para darle un hijo a alguien que no conozco. Jamás he estado embarazada y te consta. —¿Ni siquiera por dinero? Levi y tú lo necesitan muchísimo. —Si lo que querías es que vendiera mi cuerpo, me lo hubieras dicho—sisé—y lo habría hecho a mi manera, no con esta estupidez. —No vas a tener sexo con la persona que solicita
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Capítulo 6
—Estoy aquí—anuncié, colocando mi bolso sobre una mesa parecida a un escritorio y a continuación, me senté en un taburete.—¿Quieres algo de beber? —Keith apareció de una de las puertas con una sonrisa en los labios. Fruncí el ceño al inspeccionar su aspecto. Sin lugar a dudas, estaba retomando su antiguo aspecto: delgado y apuesto. —Agua estaría bien—contesté y alcé las cejas—vaya, ¿te estás ejercitando o haciendo dieta?—Ambas cosas. Es un lío retomar mi cuerpo de siempre, pero lo estoy logrando—se jactó de mi elogio y se metió nuevamente por la puerta en busca de mi bebida. En lo que volvía, dediqué el tiempo a fisgonear los nuevos adornos que alegraban ese antiguo despacho. Antes, era todo sencillo, pero elegante. Ahora, había cuadros de pinturas de flores o de campos con llanuras verdes, cascadas y demás. Como si de despacho hubiera cambiado a un centro de rehabilitación para personas con neurosis. Regresó casi al instante y se sentó en la silla opuesta a la mía, poniendo la b
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Capítulo 7
Cerré la laptop, fatigada mentalmente. Ordené dentro de dos carpetas cada una de las cartas de renuncia y alisté mi ropa para el día siguiente. Me entristecía abandonar mis dos empleos, pero acababa de aceptar una oferta perfecta para darle una mejor vida a Levi; y no iba a desperdiciarla. A las siete y media de la mañana del otro día, yacía abordando el taxi de siempre para ir al despacho. Le había dejado como era de costumbre, el desayuno a mi hermano, y podía irme tranquilamente a renunciar. Llegué a mi destino con la frente en alto. Me arreglé la blusa y la falda nueva que Levi me compró y aferré mi bolso al hombro con la carpeta. Cuando puse un pie dentro, un escalofrío me recorrió el cuerpo; pero no porque estaba a punto de mandar al demonio a todos los que trabajaban ahí, sino porque me crucé frente a frente con el maldito y arrogante junior irritante. Él esperaba, como parecía ser su personalidad, ansioso y molesto a que alguien se dignara a abrirle la puerta corrediza. Co
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Capítulo 8
—Toma, quédate con el cambio, muchas gracias—me dijo la chica, dejándome más de cien dólares extra. La observé salir a confrontarlo y luego regresé a la cocina, quedándome con su obsequio. La verdad es que ese chico, casi hombre, porque era muy joven, quizá unos años mayor que yo, se me hizo conocido; como si lo hubiese visto en alguna parte; pero lo peor era que sentía que tenía un leve parecido a William Flynn, el irritante junior. Sacudí esa idea de mi mente y terminé el trabajo a las seis de la tarde. En casa, Levi me recibió con una cena hecha por él y pastel de chocolate, mi favorito, festejando que por fin había mandado al diablo mis trabajos. Aunque hubiera preferido que fuese por haber conseguido uno mejor, pero no objeté nada. Cenamos y festejamos alegremente con Dominic. A su amigo le regalé los cupones que recibí en la pizzería con un buen descuento por su gratitud hacia mi hermano y se le iluminó el rostro. —Ya tenemos comida a mitad de precio por dos meses—cantur
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Capítulo 9
Me quedé un enorme rato estupefacta, viendo la puerta por donde mi futuro patrocinador de dinero se había marchado y me obligué a reaccionar cuando los gritos de una mujer me sobresaltaron de repente. Volví el rostro hacia un costado y divisé a una señora de entrada en los cincuenta años, con el rostro desagradable, gritándole al pobre chico, es decir, al dependiente de la farmacia con desprecio.—Te atreviste a venderle anticonceptivos sin una receta médica, ¿acaso estás loco? ¡El protocolo dice que sin receta no se le surte! —vociferó y el chico se encogió detrás de la caja registradora. Él debía tener alrededor de diecinueve años cuanto mucho y se le notaba a simple vista su inexperiencia. Impasible, tuve que salir de la farmacia sintiéndome mal por el pobre chico, ¿Qué culpa tenía, si de seguro nadie se lo explicó antes? Pero la verdad es que, si yo hubiera estado en su lugar y Barnaby Flynn me gritase de esa manera, me habría desmayado o bien, si hubiera tenido suerte, me habrí
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