Ahora pude relacionar la voz del personaje misterioso que se rehusaba a demostrar su verdadera identidad, aquel hombre que solo provocó en mi secuelas irreparables, y que, si Jaime se enterara, él sería capaz de matarlo y disfrutar de cada segundo como una sinfonía de orquesta.—Sí, puedo estar seguro de que dijeron Luis, sabes ¿quién es él?—No, no sé quién es —aparté mi vista.—Adriana —tomó mis mejillas con sus manos—, necesito que me digas la verdad, sé que estás mintiendo.—No sé quién es, déjame en paz —me levanté bruscamente y aparté sus manos.—¿Qué ocurre contigo?, solo mencioné un nombre y reaccionas de esta forma. Estás siendo muy irracional en estos momentos —Se levantó y me rodeó con los brazos— ¡Mírame, por favor!—No quiero hablar de él —agaché mi cabeza.—Entonces lo conoces.—Sí.—No te obligaré a que me digas quién es el si eso te hace sentir mejor —elevó mi barbilla para que lo mirara—. Te haré otra pregunta si no te molesta, sabes ¿dónde estamos? estoy seguro de qu
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