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Todos los capítulos de Cautivando tu corazón: Capítulo 1 - Capítulo 10
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¡Hola, guapuras! Espero se encuentren muy bien. Esta novela trata del hijo menor de Sara y Aiden, de «Perfecto Desconocido», la cual encuentras en mi perfil. Mil gracias por su apoyo y la oportunidad que siempre me brindan. Los adoro con toda mi alma. ¡Les deseo una lectura apoteósica! 🍁🍁🍁 —Vamos, cariño, solo será algo pasajero — repitió mi madre, junto a un tono de voz que no daba espacio para negarme, aunque ella no estuviera de acuerdo y se contenía por decir lo que en realidad cruzaba por su cabeza—. Te prometo que será temporal. —Mamá, tengo veinte años, ¡no puedo ir a un país lejano y casarme con un hombre que ni siquiera conozco! — objeté. —Lo sé, mi amor, pero... de verdad no teníamos contemplado que el futuro fuera a ser de esta manera. —Papá — susurré en un hilo de voz, tratando de llamar su atención o de hacerlos entrar en razón—. ¿Piensas quedarte en silencio? ¿No vas a oponerte a esta locura? Sus ojos tan azules como los míos me miraron con culpa, dolor e ir
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¿A dónde te gustaría que te llevara, esposita?
—¡Cora! — mi madre estrelló el cubierto sobre la mesa, asustando a las pequeñas—. ¡Come en paz y en familia sin decir nada más! Nosotros también sufrimos aunque no lo quieras ver… ¿Crees que soy feliz con la idea de que una de mis niñas se vaya a manos de un hombre que no sé cómo vaya a tratarla? ¡Soy tu madre y me duele no poder hacer nada! ¡Me siento impotente con todo este asunto!—Isabella — la interrumpió mi padre con voz suave y comprensible—, estás asustando a las chiquillas.—Perdón — mi madre se levantó de la mesa y se marchó rápidamente entre lágrimas.Mi padre me miró un segundo para suspirar y seguir los pasos de mi madre. Mi corazón se encontraba apretado en mi pecho. Si ellos no estaban de acuerdo en dejarme en manos de un desconocido, ¿entonces por qué lo permitían? ¿Acaso era menos que el dinero? ¿Había algo más que ellos estaban ocultando y no querían decirme? Dudé por un instante si el dinero era una de las razones por la cual debía casarme con ese hombre. Pero entre
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No me voy a casar
No podía creer que el hombre que estaba hablando fuera ese mismo desconocido con el que debía casarme a fuerza. Tan solo su voz y su breve mirada me paralizó, no podía moverme ni tampoco hablar. Sus palabras tenían un tinte de advertencia que no pasaba desapercibido. Tragué saliva y empujé mi voz hacia fuera, no podía mostrar fragilidad ante él. Suponiendo que era ese hombre con el que mi padre me había intercambiado, debía ser lo más fuerte que pudiera ser.—¿Dónde está Arabella? — pregunté firme y con más fuerza de lo que pensaba saldría mi voz—. ¿Qué le hizo a mi amiga?Una risita resonó en la oscuridad de la noche. Él seguía el camino por la carretera a una velocidad prudente, por lo que ese pensamiento de saltar del auto me gobernó por un momento. Si lo hago, me liberaría de todo esto, pero también corría el riesgo de que me siguiera y me matara, aunque prefería la muerte que casarme con él.Tenía la fuerza de hacerlo, pero que acelerara el auto como si hubiera leído mis pensamie
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¿No me recuerdas?
—No me quiero casar, no quiero arruinar mi vida de esta manera — exploté aún más fuerte en llanto, y su caricia se detuvo. Lo vi tensar con fuerza la mandíbula, pero no me detuve, seguí insistiendo por mi derecho de ser libre y escoger el rumbo de mi vida—. Puede haber otras formas para que mi padre vuelva a tener poder, ¿no? Quizás trabajando para ustedes, pero no así… no casando a su hija con un hombre desconocido y mayor.—Bien — apartó su mano bruscamente, más no se alejó de mí—. ¿Crees que crecer en este negocio es así de sencillo? Tu padre perdió todo su poder en el mismo instante en el que apostó a su suerte sin importar nada. Estoy consciente de que no eres un objeto, y para que te quede claro, nunca te compré. Estoy tomando lo que me pertenece y él apostó en su momento. Si hay alguien a quien debas culpar es a tu padre, mientras tanto, vamos a casarnos sin objeción alguna.—Yo no tengo nada que ver con los asuntos de mi padre.Su mirada se suavizó en una fracción de segundo.
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Un trato justo
Mi mente conectó un solo recuerdo de un chico atractivo, sonriente y demasiado burlón que no dejaba de molestar ese moño revuelto que llevaba en lo alto de mi cabeza aquel día en que el calor era tan insoportable en aquella playa. Recuerdo bien lo mucho que mencionó que parecía una calabaza por lo abundante de mi cabello. El chico apenas si era unos años mayor que yo, nada parecido al hombre que, frente a mí, espera un tanto impaciente por una respuesta. También me sorprende que se haya fijado en mí, pues no soy la mujer más perfecta en esta tierra. Claro está que mi físico ha mejorado mucho, pero mi cuerpo sigue siendo el mismo de siempre. Y en esta vida donde los lujos es un combate a muerte con la apariencia, he vivido un poco insegura por mis proporciones.¿Cómo es posible que un hombre tan atractivo como él se fije en una chica como yo? Habiendo tantas mujeres hermosas, con figuras esbeltas, cabellos sedosos y rostros tallados por los mismos ángeles, no podía creer que alguien hu
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Nuestro hogar
No podía describir el brillo de su mirada, pero era tan intenso, que me agobiaba en cierto punto. Su mirada me decía tanto y a la vez nada.—A-así es, te doy mi palabra — carraspeó, visiblemente nervioso—. Es decir, todo está a tu nombre y cuando tus hermanas cuenten con la mayoría de edad, se dividirá todo en tres partes iguales — me miró fijamente—. Pero ¿estás segura en darme la oportunidad? Puedes no aceptar y de igual manera todo será tuyo. Quiero que sepas que no estás en obligación en casarte conmigo.—Bueno, en un año pueden pasar muchas cosas, ¿no crees?Asintió repetidas veces con la cabeza, mordiendo sus labios y sonriendo ladeado. Parecía un pequeño niño al recibir su juguete favorito en Navidad.—Seré honesto, no esperaba que aceptaras quedarte a mi lado por un año — era tanta su emoción, que me abrazó sin importarle nada—. Prometo que te voy a hacer feliz cada día de mi vida.—Solo será un año... — intenté bromear, bajo la bruma de su aroma a hombre y su cercanía.—No im
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Propósito
Hace un par de días atrás, que acepté esa locura de dejarme enamorar de un perfecto desconocido, no sabía muy bien a lo que me enfrentaría de antemano. Me había hecho una idea errónea de ese hombre, creía que era tan malo como mi padre lo había mencionado muchas veces, pues había asegurado más de una vez que los Bardot era una familia de tener cuidado y muy peligrosa, pero Jacob me ha demostrado en pocos días ser alguien muy diferente. Ha sido un hombre muy caballeroso y servicial en los pocos días que hemos compartido el mismo techo. Aunque no hemos tenido tiempo para conocernos mejor, lo poco que me ha mostrado ha sido bueno. Se nota mucho la intención de enamorarme, aunque una parte de mí cree que todo se trata de una mala broma.—Buenos días, Srta. Cora, ¿le sirvo su desayuno? — saludó la Sra. Hilda, la ama de llaves del Sr. Bardot, el padre de Jacob, mi supuesto prometido.—¡Buenos días! — me senté en el taburete de la cocina con una sonrisa de oreja a oreja—. Por supuesto, pero
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Brillante como tu sonrisa
Estaba segura que mi plan no fallaría, que nada podía salir mal si ponía de mi esfuerzo para encontrar el verdadero amor de ese hombre que tan equivocado y confundido se encontraba. Ser su Cupido no era nada de otro mundo, después de todo, no existía nada entre los dos, solo un trato que en cualquier momento podía romperse y nuestras vidas volverían a la normalidad, sin tanto problema como lo había pensado semanas atrás cuando mi padre me puso en la mesa aquella propuesta de casarme con un desconocido.Entre nosotros no hay sentimientos de por medio y eso lo hace mucho mejor, porque, aunque una parte de mí sí ansiaba sentir esas mariposas y esas flamantes llamas recorrer por mi ser, la realidad era que lo nuestro no iba a llegar a ningún lugar. Él es un hombre muy atractivo, su familia y él mismo deben estar esperando una mujer igual de hermosa a su imponente presencia, no una mujer de clase, pero con poco atractivo como yo. Además, no esperaba el dichoso príncipe azul, deseaba y anhe
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Sinceridad
Lo miré al instante con el corazón en la mano y los nervios fluyendo a todo lo que daba por mi ser. ¿Acaso no se cansa de ser tan adulador? Según Arabella, esos hombres que son atractivos y encantadores son los más peligrosos, por lo que no podía dejarme convencer tan fácilmente de sus dulces palabras.Soy su Cupido, la chica que iba a encontrar a la mujer de su vida durante este tiempo que vamos a vivir juntos y nadie más. Aun así, teniendo claro mi propósito, sus palabras lograron revolucionar a mi corazón, pues por más que me dijera para mis adentros que no debía, este latía muy fuerte. E incluso sentía cosquillas en el vientre, como si de repente tuviera un animal alborotado en mi estómago.Antes de que él pudiera decir otra palabra más o acercarse a mí, la Sra. Hilda me salvó la patria con su aparición. Ella traía consigo una bandeja con comida que puso sobre la redonda y pequeña mesita en la que nos encontrábamos.Un denso silencio se formó entre los tres, se percibía el aire ca
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Los besos robados son los más ricos
El resto de cena estuvimos en un silencio sepulcral, parecíamos dos pequeños que habían sido recién regañados por su madre y no se atrevían a decir ni una sola palabra por miedo a recibir un castigo más severo. Él se veía perdido en sus pensamientos y yo me encontraba todavía volando en las nubes por sus sinceras palabras. Por dentro tenía una pelea interna entre el querer y no querer, y ahí estaba yo en el medio de esas dos decisiones, sin saber por cuál de los dos caminos debía seguir.«Pero si ya elegimos quedarnos desde el primer momento en el que aceptamos, ¿por qué echarnos para atrás de un momento para el otro y por culpa de nuestros miedos internos?», me recriminó mi subconsciente, en ese momento donde planeaba dejar todo en un punto muerto.Sin embargo, mi subconsciente tenía razón, además de que no tenía que huir de mi destino. Si me enamoraba de él, sería muy feliz a su lado, pero si mi corazón no se abría a él, en el mundo había un amor para mí, quizás esperando a que nos
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