Siento el impacto en mi pecho. Ha sido tan rápido que ni siquiera me da tiempo de reaccionar. De repente, me siento confusa y desorientada. ¿Qué sucedió? Sé que algo me ha pegado, sin embargo, no hay dolor. El mundo a mi alrededor parece moverse a una velocidad diferente. Es como si todo sucediera en cámara lenta. Giro la cara y busco al Capo, pero no lo veo por ninguna parte. ¿A dónde fue? Hay gente corriendo, hombres peleando y gritos que no puedo escuchar, sin embargo, puedo sentir que algo líquido y caliente se desliza en el lado izquierdo de mi pecho. Bajo la mirada y noto con horror la mancha roja propagándose por mi vestido. ¿Es esto sangre? Elevo la mano y toco con mi dedo índice, el pequeño orificio situado justo en medio del círculo rojizo y froto mis dedos para palpar la sustancia viscosa. Entrecierro mis ojos. ¿Qué es esto? Preocupada, vuelvo a elevar la mirada y, para mi mayor sorpresa, ya no estoy en la habitación. ¿Cómo llegué a este lugar? La brisa fresca golpea contr
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