7. Sacrificios de madre soltera
Una voz profunda masculina le saludó: —Buenas tardes, señorita.Por un momento pensó en si debía girarse o no, sintió cómo una gota de sudor le recorría la frente y las manos humedecidas. Aquel momento de tensión le hizo recordar cuando era niña y hacía alguna travesura, la cual recibiría un castigo de su padre después.A la vez estaba profundamente apenada, pero al darse vuelta se encontró con el abogado que la había contactado, se sintió aliviada y hasta un poco contenta, pues no había violado el contrato.— Señor Williams, que bueno verle.— Para mí también es un gusto, espero que le esté gustando su trabajo y el ambiente con sus compañeros y la casa, que se haya adaptado. — Sí, la verdad estoy fascinada con mi trabajo—, dijo, guardando la ironía para ella.— Dígame, ¿iba a algún lugar?— No, ¿Por qué dice eso?—, de pronto sintió un escalofrío que le recorría la espalda.— Porque tiene su bolso en el hombre.— Ah, esto, esto es... —, de pronto se escuchó la voz de otro hombre en la
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