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5. ¿Millonario soltero?

— ¿Laura?, ¿Eres tú?—, pero ella decidió ignorarlo y fingir que no lo conocía, miró en otra dirección para darse fuerza y mostrarse indiferente.

— Me comentó el mesero que pidió que me acercara a la mesa.

— Sí, para elogiarla por su propuesta culinaria, pero me ha sorprendido que seas tú, Laura.

Ella inclinó la cabeza con una especie de reverencia y luego respondió con frialdad, —Creo que me confunde con otra persona, pero de igual manera le agradezco su reconocimiento, me alegra que el desempeño de mi equipo y el mío sea de su agrado, con su permiso debo retirarme estamos todavía con mucho trabajo pendiente.

Noah se levantó de la silla y la tomó del brazo justo cuando ella se daba la vuelta y comenzaba a caminar para intentar regresar a la cocina.

— Espera, por favor, sé que eres tú, es cierto que no terminamos de la mejor manera, pero creo que al menos puedes devolverme el saludo.

Ella se soltó de su agarre y mirándolo a los ojos le dijo: —Le repito, no sé quién es usted y por favor deje de acosarme.

Esto hizo que muchos invitados voltearan curiosos, preguntándose qué ocurría, pues habían subido un poco la voz.

Su asistente personal y otros jefes de la compañía que compartían mesa con él de inmediato intervinieron para intentar mediar y calmar los humores.

 Mientras, Laura escapaba de la situación caminando con rapidez a su lugar de trabajo y una vez cruzó la puerta del almacén se apoyó en ella con el corazón a mil para intentar calmarse.

Leonardo, su amigo y mentor, pronto tomó el control de la situación.

 — Vamos chicos vuelvan a sus puestos que aún no termina el servicio, cómo siempre mantengan el paso y den lo mejor.

 Después, se giró con elegancia para encontrarse cara a cara con Noah, aquel era un hombre tan alto como él y que lo miraba fijamente como un contrincante cuando se iba a enfrentar a su oponente, se quedó perplejo que osara llegar hasta allí y tuvo presintió que se avecinaba una crisis.

— Lo siento, señor, por favor continúe con su comida. 

Noah se quedó mirando al hombre sonriente con el ceño fruncido, ¿cuál era su relación con Laura?

Leonardo despidió a los demás, llamó a la puerta y le dijo suavemente a Laura —¡Soy yo!

Entró, tomó la mano de Laura y preguntó preocupado —¿Qué pasó ahí fuera?

 — No lo vas a creer Leo, el hombre que está en la mesa y me llamó, es mi ex esposo y el padre de Alessandro.

 — No puede ser, ¿Noah?

Por años ha amado a Laura en silencio, la apoyó y ayudó a estudiar, a salir adelante, a sanar sus heridas cuando todos le dieron la espalda y, ahora que todo va bien, que comenzaba a brillar con luz propia y había decidido hablarle sobre sus sentimientos, ahora su ex reapareció.

— Lo primero que debes hacer es calmarte, ¿quieres ir a casa y yo termino el servicio?

— No, sabes que soy profesional.

— Vale, pero una vez salgamos te llevaré a casa.

— Me parece bien.

Laura puso su mayor esfuerzo en retomar el ánimo y el impulso para continuar guiándonos a todos y preparando comida exquisita, pero por momentos su mente rememoraba todo lo ocurrido en esos años.

La actitud de Noah con su prometida en su fiesta de compromiso.

La burla de su padre al verlo en los periódicos.

Para olvidar esas heridas y criar a su hijo, renunció una vez más a sus ambiciones y se fue a Italia.

Tanto sufrimiento y dolor por culpa de ese ser que ahora estaba afuera disfrutando de su comida, lo que tenía claro era que debía tener cuidado, pues él y su familia no tenían escrúpulos.

Durante el resto de la noche no volvió a salir y luego de terminar y recoger y limpiar todo era muy tarde, uno a uno sus empleados se retiraron y ella se quedó a solas con Leonardo.

— ¿Crees que sea capaz de esperarte afuera?—, preguntó su amigo un tanto incrédulo.

— Si alguna vez realmente lo conocí, siquiera un poco, estoy segura de que estará allí.

— Entonces deja que salga primero verificaré y vuelvo por ti de una vez con el vehículo por la salida de atrás.

— De acuerdo, te espero.

Cuando Leonardo salió, encontró que todo el lugar estaba desierto, pero una vez encendieron las luces, otro auto cercano repitió su acción, así que supuso que se trataba de él.

Al subirse ella, avanzaron con rapidez, pero al ver que les seguían insistentemente, prefirieron dar algunas vueltas para confundirlo y luego ir a la casa de su amigo y pasar lo que quedaba de noche allí.

Noah se maldijo tras perderlos, pero eso no lo desalentó.

 — Jefe, ¿adónde vamos ahora?

 — Averigua por qué Laura se convirtió en chef y cuál es su relación de ese hombre con ella.

Unos días después, en el restaurante de alta cocina donde trabajaba Laura, luego de servir el almuerzo, el ambiente estaba tranquilo, pues no había muchos comensales, así que aprovechaban para prepararse para el horario de la cena cuando se acercó una mesera.

Laura se pregunta por qué Noah no ha aparecido todavía por allí.

De repente, una voz devolvió sus pensamientos a la realidad.

— Chef, ha venido un abogado a hablar con usted.

— ¿Conmigo?, ¿Preguntaron por mi nombre o se trata de algo correspondiente al restaurante?

  

— Ha dicho que es un tema personal.

— Vale, entonces dígale que por favor me espere unos minutos.

— Está bien ya se lo digo.

Luego de terminar con lo que hacía, caminó sin prisa hasta la mesa que le indico la mesera, aquel señor de mediana que nunca había visto antes.

— Buenas tardes, dígame qué desea.

— Quise conocerla en persona.

 — ¿Quién le habló de mí?

 — Por favor siéntese un minuto, estoy interesado en hacerle una propuesta, la he visto en algunas publicaciones en revistas y periódicos y me parece que le irá excelente.

— ¿Con qué?

— Es una oportunidad única, sin riesgos, trampas y ofertas engañosas, es un acuerdo beneficioso para cocinarle a un millonario soltero.

 — ¿Un millonario soltero?

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