Conversando con mi suegra.
Cuanto había aprendido en dieciocho años, no sabía a qué edad llegó al orfanato, pero sí sabía que nada había sido fácil para ella; como siempre era de cabello rojo la llamaban por muchos motes. "Cabeza de zanahoria", era el más conocido, "monte en llamas", siempre terminaba dándose puños con los otros niños, hasta que un día ya no le importó. Ella sabía cómo se llamaba, los demás eran sólo fastidiosos o envidiosos sin oficio, ya después no se metieron con ella, allí entendió, que vino para no pertenecer a ninguna familia. Un día formaría la de ella y tendría muchos niños que solo serían de ella y de su esposo, pero al buscar trabajo lo primero que hace es aceptar ser una madre por contrato. ¿Arrepentida? Para nada, tenía a la familia más maravillosa, dos hijo a los que adoraba, y ellos la amaban, jamás se había sentido tan aceptada por alguien. Hafid, era solo una fachada, estaba luchando con su fantasma; el amor por Rachel, pero era atento con ella, se preocupaba, siempre le de
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