Amarte es mi condena. Cap. 58: Solo quería hacer justicia.
—Lo que escuchaste, siempre haces lo mismo tu santa voluntad —gruñó molesto, tenía el ceño fruncido, no le agradaba ganar un juicio sin tener por completo el mérito. Majo también arrugó el entrecejo, soltó un resoplido. —Yo debía condenarlo, él me hizo perder diez años de mi vida, se burló de mí, de mis sentimientos, me usó, ¿no crees que fue correcto que buscara justicia? —recriminó, parpadeó y bufó—, pero tu ego de gran abogado no te deja ver más allá. Majo dio vuelta, lo dejó con la palabra en la boca, Malú estaba por acercarse y felicitarla, pero la detuvo con la mano. —No quiero hablar con nadie —gritó, salió de la sala y le pidió a Facundo que la llevara a casa, quizás tenía la razón, o estaba exagerando en su comportamiento, pero las hormonas del embarazo la tenían en un sube y baja de emociones, además no solo era eso, sino que todo había pasado en tan corto tiempo. En el auto la cabeza le daba miles de vueltas, gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas, no lo podía evita
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