Capítulo 38. La hoja de trébol
Unas horas después de practicarle la punción de hígado, Natalia fue dada de alta, le dieron una semana de reposo, Kosta se la llevó a la casa en compañía de los chicos, los días fueron pasando y para su alivio una sola vez tuvo episodios de alucinaciones, el resto de los días estuvo tranquila, los vómitos, eran regulares, la hinchazón y demás síntomas, la fatiga, a pesar de todo, su ánimo estaba mejor, porque los chicos llenaban sus días de vida y alegría.Él se debió mantener lejos, porque cuando estaba cerca la alteraba, un día de esos, empezaron a jugar vídeos juegos, y él se acercó para ayudarle a que les ganara a los chicos, pues como no sabía jugar, siempre quedaba de última, porque Esteban y Andy, luego de aprender a hacerlo eran imparables, se burlaban de ella, porque terminaba matando a sus propios compañeros de equipo.—Nata mi amor —comenzó a decir Kosta hablándole con ternura—. Ven y te enseño para que les ganes a los gemelos, hagamos equipos nosotros —pronunció sentándose
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