Capítulo 42. Destruyendo cualquier esperanza
Los días fueron pasando, Natalia fue estrechando más la relación con sus hijos, eso mejoró su estado de ánimo, sin embargo, nunca dejaba de pensar en Kosta, aunque durante el día lo pasaba acompañada de sus hijos entre risas, conversaciones y bromas, e incluso algunas noches se quedaban a dormir junto a ella, al caer la tarde, era el momento cuando lo recordaba más y añoraba tenerlo a su lado. Cuando eso pasaba se iba al estanque con los cisnes, los observaba uno junto a otro, como abrazados, sentía su corazón triste, porque por más intentos de no pensar en él y sacarlo, allí estaba.—Te extraño… siento tanto no poder tenerte aquí… nunca podré sacarte de mi corazón, de mis pensamientos, te quedaste incrustado y no tengo idea de cómo despojarte, me acostumbre a tenerte allí.Daba vueltas a la casa y pese a que su estado de ánimo y psicológico mejoró mucho, estaba recibiendo sus tratamientos, terapias, su estado físico no era muy bueno, se cansaba con facilidad, eran constantes las náu
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