—Realmente odio esto —dijo Auguste mirando con mala cara a Estefan—, siento náuseas después de hacerlo.—Si deseas perder como dos días viajando en avión en vez de cinco segundos apareciendo de un lugar a otro, es tu problema —Estefan miró su habitación con una ceja alzada—, me gustaría que Joon decorara así su propio lugar, al menos su habitación.—Y a Joon le gustaría que dejes de intentar cambiar la residencia de su manada —sonrió Auguste—, sabe la diosa luna que adoro a mi querido Joon, pero si vuelve a cambiar de tema y a recitarme las cosas que le molesta de ti por dos horas cada vez que lo llamo, voy a dejar de hacerlo.—Oh dioses no —Estefan se rio con sorna—, ya los demás dejaron de hacerlo y me echa la culpa.—¿Es que no puedes dejar de cagarla?—No es mi culpa que su familia sea una ladilla —gruño Estefan—, créeme, le hago un favor espantándolos.—Ya vamos —Auguste sujeto su pequeño maletín—, casi todo lo que necesito está ahí.Estefan lo sujeto, después de un destello se t
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