Koddel llegó a mí, encontrándome en su cuarto, buscando alguna cosa que pudiera usar para salir a la calle que estuviera limpia. Necesitaba usar un teléfono, tenía que avisarle a mi hermana para que me recibiera nuevamente en su casa. Quería largarme de allí antes de que fuera tarde.Sonreí, besándolo en los labios, quería disimular si me iba a escapar así. De lo contrario, podía querer retenerme con algún engaño.El me besó en el cuello, estrechándome entre sus brazos. Su calor se me hizo adictivo, el roce de nuestras pieles me recordó todo lo vivido.—Hoy saldré de compras. —declaré, con los ojos brillantes, estaba fingiendo un estado de relajación. —Quiero ropa nueva y también otras cosas.No pareció sospechar nada, por el contrario, me tomó de las caderas y me acarició de arriba abajo, con sus dedos hábiles y fuertes. Se veía tan atractivo en estos momentos, aunque su mirada develara tantos secretos.Luego de mi plática con Luna las cosas habían cambiado. Ella me dijo la verdad so
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