—¡Vete de aquí! —dijo enojado.—¿O que?, llamaras a tu papi.—Imbecil — el ojos grises, lo tomo del cuello y lo largo afuera.Todos nos quedamos de piedra, con ese acto. El idiota número dos, lo vio asustado. Es que daba miedo, las venas de su cuello se habían inflamado.Después que aquel sujeto, se fuera corriendo. Vino hacia mi y me habló:—¿Estás bien?—quiso saber.Nose porque motivo, me puse a llorar en su hombro , Magdalena.Pero olía tan bien incluso, me quedé un poco perdida en su colonia.Todos entraron adentro y me quedé sola junto con él.Se marchó dejándome más dudas que respuestas, aunque la buena noticia era que ya sabía , se llamaba.— ¿Estas bien Gi? — Mel quiso saber, apenas entré. Tambien mi jefe, estaba a su lado ambos con una mirada preocupada.—Si… solo fue un susto y mi bocota —dije con una sonrisa.— Ese tipo era un imbécil… se lo merecía — Nahuel contestó y añadió: — Si no te defendía el, hubiera ido yo, mi bella dama en apuro.Con Mel, nos miramos divertidas.D
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