—¿Y Ana? —Quiso saber ella.—No lo sé... también intenté contactarla. Y no quiso atender.—Tal vez... está deprimida. Creo que deberíamos, comer e ir a visitarlas ¿no te parece?—Me parece una buena idea, podríamos llevar la pizza a su casa —comento Melissa.—Tienes razón, no se me había ocurrido.Giselle, fue a cambiarse un poco la ropa, en parte le daba mucho miedo que su amiga se diera cuenta de lo que había estado haciendo durante el día.Miró de reojo: la cama la cual había tenido que cambiar las sábanas.Suspiró, se puso un pantalón largo y suelto; encima un suéter de hilo fino. En cuanto lo hizo, se vio vestida frente a un gran espejo que había comprado hace poco. Salió con su amiga disparadas, para ver qué era lo que le ocurrió a su amiga.—Solamente estoy un poco preocupada —comenta—Yo también, pero de seguro que solamente está un poco triste , no debe ser tan grave —coménta Melissa.Las dos se suben al vehículo de Melisa: la misma no había tenido el privilegio tener unos pa
—La verdad es que no, sigo con el mismo dolor de ayer.—Tranquila, seguramente que ahora cuando estemos en el doctor indicará reposo y te hará una serie masajes.En cuánto dijo la palabra "masajes" las mejillas de Giselle se tornaron rojizas al recordar lo que había ocurrido la mañana anterior. Sus ojos se encontraron con los del, pero ambos no dijeron nada.En cuanto sonó la cafetera, se puso de pie para buscar la infusión para su invitado. Lo puso en una taza idéntica a la que ella tenía, solamente que no había ninguna frase.—¿Qué quiere decir "Mejor afuera que adentro"? —quiso saber el divertido.—No lo sé —comentó y se encogió de hombros mientras bebía un sorbo de café.—Ya lo creo que puede ser debido a varias cosas: dicen que lo más sano es liberar los gases fuera del cuerpo.En cuanto escucho esas palabras, Gisel escupió el café que tenía entre sus labios y empezó a reírse.—No pensé que lo dirías tan así —comentó divertida.—Es normal, además a ti se te escaparon un par de ga
—De nada, te a,de todo lo que tenía que a,dar, y ahora vas a poder caminar mejor. Aunque te sugiero que haga reposo y te untes esta crema que te voy a entregar.Ella asiente, en cuanto le da todo ya se encuentran caminando hacia el exterior. No puede evitar mirar de reojo a Leonardo, después de haberse tirado tantos gases. Ahora le daba profunda vergüenza tener que hablar con el.—¿Estás bien? —Quiere saber el mismo.—Estoy perfecta, ahora no me duele tanto el pie.—Me alegra saber eso, la verdad es que me siento bien de que... estés bien.Ella siente, aunque de igual forma su corazón empezó a latir un poco más deprisa.—¿Me puedes llevar al bar? —quiere saber ella.—Pero... tienes que descansar.—Lo sé, pero aunque sea puedo atender la caja —se encogió de hombros.El no muy convencido de la respuesta de su nueva amiga: de igual forma se subieron el vehículo y la llevó.El lugar queda un poco más cerca que es su casa, en menos de 5 minutos había llegado. Leonardo, le abrió la puerta ,
Lo había amado en silencio por tanto tiempo, que decirle las cosas sería muy difícil.—Usted piensa que lo mejor sea: ¿ir y hablarle de mis sentimientos? —quiso saber ella.—No lo sé, eso es algo que lo tiene que saber tu misma. Sí es lo mejor para que lo puedas olvidar y cerrar esa etapa, pues hazlo; al contrario si lo haces para tener la leve esperanza de que él te diga que él también siente lo mismo, mejor guárdate tus sentimientos. No solamente sufrirás por no ser correspondida, sino por sentirte un poco humillada.El resto de la tarde, Gisel se quedó perdida en esas palabras de parte de Juan , una y otra vez volvía mismo momento pensando en decirle o no lo que sentía. Sus ideas mágicamente cambiaron el instante que Leonardo apareció con una bella chica de la mano.La misma de la foto.Sus ojos enseguida se llenaron de lágrimas, pero las disimulo quitando las con un pañuelo que tenía en su bolsillo izquierdo.La pareja, se encaminó hacia la barra y puso su mejor sonrisa.—¡Hola! t
LeonardoLa mañana siguiente, he preparado mi taza de café. Pude ver de reojo, Eli , a la cual se encontraba dormida en la cama. Después de levantarme, para poder desayunar, se quedó en el mismo sitio.Esa chica me ha gustado desde siempre, ni siquiera había podido creer el momento que me había dicho que sí. Fue un momento mágico.Para mi: es una buena persona. Eliana, es trabajadora social y le gustaba mucho ayudar a los niños. No solo eso: era una mujer extremadamente bella.No Pude evitar sacarle la vista de encima, por varios minutos. Hasta que finalmente decidí que era tiempo de despabilarme: no podía estar mirándole el culo todo el día.Es muy buena en la cama. Aunque sentía que algo faltaba entre los dos; no entendía muy bien que era. Cuando llegué a la isla de la cocina empezaba beber sorbos del café, mientras me comía una medialuna. Era delgado porque hace mucho ejercicio... pero comía mucho.Sabía que si no comería tanta comida chatarra: tendría un estado físico mejor. Me en
GiselleEs un poco extraño, no podía negarlo. Pude sentir su mirada sobre mí en todo momento. Pero en el preciso momento exacto, en el cual había pasado sus ojos sobre el. Me había mirado con unos ojos tan triste, eso me había estremecido.Aún no entendía ¿por qué motivo quería mirarme? una y otra vez cuando yo intentaba con todas mis fuerzas olvidarlo.Tal vez seguramente le ha llamado la atención de que yo no me hubiera acercado , cada día su lado, la verdad que no lo entendía. Tampoco sabía muy bien que hacer al respecto.Mi corazón se sintió en ese instante: bastante confuso y algo devastado.Había llorado por tanto tiempo: me lastimaba aunque sea una sola mirada. En este momento las confusiones, se volvían más inquietantes que antes. Era difícil reconocer que yo aún me sentía enamorada de él; sin embargo sabía las consecuencias que tenía ese amor.Estaba más que consiente: para el no era más que su hermanita.Una tierna y triste hermanita, que nunca tendría la oportunidad de esta
Habíamos pedido pizza: ya que no tenemos ganas de cocinar ninguna de las tres .s y le habíamos pedido de lugar en el que trabajamos.Así que... ¡Pizza gratis!—Me pregunto si nahuel vendrá —comentó algo aburrida Ana.—Seguro que sí —comentó Melisa algo nerviosa y no la entendí muy bien porque.<<¿Por qué de pronto está colorada?>>—¿Ustedes que piensan? —pregunté.—¿Respecto a qué? —quiso saber Melisa algo confundida.—Ustedes... ¿piensan que nahuel tendrá novia o no? —quise saber divertida y Ana me miro del mismo modo: , entendiendo lo que yo me estaba proponiendo.—Ya luego Nahuel es guapo, en algún momento va encontrar alguien , todas...—No lo sé y no me interesa —comentó hablando rápido Melisa.Con Ana: chocamos con disimulo los puños, intentamos poner celosa a Melisa. Al parecer lo estamos consiguiendo; no entendíamos muy bien que era lo que ocurría entre ellos. Empezamos a comer las pizzas, que habían llegado de forma rápida junto con una cerveza.Nos queremos empezar que poner
—Sí acepto.La novia, tenía la sonrisa más resplandeciente, en todo el salón. Su pareja, la miraba con aire soñador esos ojos brillaron el momento que ella, no pudo evitar sonreír enormemente.—Yo también acepto —comentó y finalmente el cura que estaba enfrente de los dos, los nombró marido y mujer.Ambos se besaron, después de dichas palabras y en ese preciso momento fue cuando mi corazón se quebró.Suspiré y bajé la mirada, sintiéndome en parte culpable.Estaba enamorada del esposo, que recién se había casado durante tantos años.Ahora verlo feliz junto con mi hermana me hacía doler el corazón. Voy a bajar la mirada sin mirarlos, cuando pasaron felices tomados de la mano junto con mi hermana.Ambas no éramos parecidas para nada: ella tenía el pelo castaño y los ojos marrones oscuros; mientras que yo tenía el cabello dorado con los ojos colores color avellana.Todos decían que yo era más bonita que mi hermana. Pero de igual forma le había elegido a ella. Unos días después, me encont