Había dormido como nunca, eso era seguro. A veces tenía sueños intranquilos, los médicos me decían que era un poco del estrés luego de mi enfermedad, y sin duda luego de lo que había pasado con James... había vuelto de nuevo. Cuando abría los ojos lo primero que veía era los adornos de rosas y de corazones de la habitación. E inmediatamente sonreía como una estúpida. Oliver. Mi esposo. Después de varias semanas, sin que realmente nos los propusiéramos o fuera un requisito, habíamos consumado nuestro matrimonio falso. Era algo que sin duda no estaba en nuestros planes al inicio, pero que, sin embargo, se dio. Yo no podía dejar de negarlo, de que quería esto tanto como él. Pero con todo y eso sentía que quizá no tuvo que haber sucedido, no había sido algo del momento ni una locura, fue algo totalmente pensado, consciente y de mucho acuerdo. Suavemente, quité la mano de él que me sujetaba, abrazando mi cintura.Las manos de Oliver eran hermosas, grandes, y con dedos largos, y mientra
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