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Todos los capítulos de Una esposa para el Doctor Wagner: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Capítulo 31: Nunca he sido demasiado bueno con eso
—¿Esperando a tu esposita? ¿No deberían venir juntos como la gran y espectacular pareja que son?— escucho decir a Jonah detrás de mí mientras estoy cerca de la puerta esperándola. ¿Qué demonios hace esta vago aquí?Estaba completamente ansioso, tanto que me había venido un rato antes simplemente para tener la oportunidad de hablar con ellas a solas. Todos estos días he tratado de darle su espacio, pero ya me estoy desesperando, y sobre todo temía que no viniera. Eliot me había dicho innumerables veces que tenía que haber hecho algún acto romántico, llevarle flores, chocolate y ese tipo de cosas. Nunca he sido demasiado bueno con eso, así que no sabía qué hacer... pero sin duda alguna no había hecho lo suficiente para que ella decidiera perdonarme, de alguna manera, y que volviera a la casa.Yo tenía terror de que alguien dijera para visitarme, o que inventaron una cena o algo y que ella tuviera que estar. Pero más allá de eso, realmente me dolía no estar con ella. Compartir las simpl
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Capítulo 32: Pesadilla de familia
—¿Qué demonios significa esto?— pregunto exaltado. —Estás muy equivocado hijo si crees que yo te tengo que dar explicaciones por lo que hago o no— me dice mi padre muy orgulloso. Yo estoy que quiero matar a alguien. —¿Me vas a decir que es pura casualidad que vayas a estar entrometiéndote en el mismo Instituto donde yo justamente deseo hacer mis investigaciones?— pregunto. —Yo tengo el derecho de trabajar donde quiero ir...— dice él y yo me la acerco, enfrentándome a él, solo quiero intimidarlo un poco que entienda que yo no soy más un pequeño al que él pueda menospreciar. —Dile a los Pascals qué te vas a retirar y que no quieres estar involucrado en esto— digo con voz seca, pero mi padre no sé amilana, sino todo lo contrario se me pone a la par. —Yo hago lo que me dé la gana. Y sí... ¿Quieres escucharlo? Te lo digo entonces: Estoy aquí para vigilar que no arruines tu vida— —¿Mi vida?— pregunto ofendido — ¿O lo que te preocupa es el legado de la familia?— le digo y él no me
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Capítulo 33: Problemas es su segundo nombre
—Realmente esto no es necesario Oliver, estoy segura de que tienes mil cosas que hacer y...— —En lo absoluto, nada más importante que esto. Y es extremadamente necesario— decía él mientras estaba arrodillando cambiándola cerradura de mi casa. Se veía contento ayudándome. Había insistido venir hasta aquí y hacerlo él mismo. Parecía que estábamos amenazados por todos lados, y ambos teníamos las consecuencias que podrían ocurrir si nuestra mentira se descubriera. Él perdería su trabajo y yo la posibilidad de adopción. Quizás él podría conseguir empleo en otro lugar, era un hombre es extremadamente famoso en el mundo de la medicina... en cambio… ¿Qué otra opción yo tenía? Yo desde hace ya unos días me había dado cuenta de que la decisión que habíamos tomado no era cualquier cosa, y que estaba impactando mucho más de lo que creíamos y que podía ser peligroso. Pero como dicen, ya estábamos montados en el barco y teníamos que remar. Oliver nunca había venido a mi casa y desde el momento
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Capítulo 34: Su pérdida es mi ganancia
Luego de que Lisa me llamara angustiada, fui inmediatamente a ayudarla. Me impresionaba siempre la capacidad que ella tenía de mantener la compostura hasta en los momentos más complicados. Por supuesto que lo que había comentado Perla era completamente falso y yo mismo hablé con los médicos que la atendieron. Perla seguía actuando, soltando gritos y lágrimas de cocodrilos, señalando a mi esposa, con toda la mala intención, y aun cuando el resto del personal estaba preocupado, de alguna manera parecía que conocían al personaje. Si bien la trataban con dedicación como con cualquier mujer embarazada; nadie se atrevió siquiera a señalar a Lisa. Todo lo contrario, ni mencionaban el tema, ella realmente era muy respetada en el hospital, su segundo hogar como ella decía.—Mírame Lisa... nada ha sucedido, son todas palabrerías de ellas intentando meterse bajo tu piel. Tú tampoco podrías haber hecho algo para herirla, y nadie lo hubiese creído— le decía, tomando sus mejillas mientras ella es
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Capítulo 35: Corazón de oro
—Guten morgen— escucho una voz masculina que me susurra. Yo abro los ojos e inmediatamente me doy cuenta de que estoy sonriendo ¿Quién se levanta tan sonriente? Pues evidentemente yo una mujer que acaba de pasar una noche increíble con su esposo. Sí, con su esposo, no con un amante, o con un hombre cualquiera. Con su esposo de mentira. El cual por cierto luce increíblemente sexy en la mañana. Su cabello rubio muy claro, está despeinado, tiene una camiseta con un cuello bajo que me deja ver su cuello y el inicio de su pecho, su piel clara, y me deja entrever todas esas superficies maravillosas, sus pectorales y brazos fuertes, con los que ayer me deleité. Tiene un short que me deja al alcance sus grandes piernas, y básicamente todo Oliver es como un sol amaneciendo. —¿Buenos días... supongo?— pregunto mientras me incorporo sujetando las sábanas cubriendo mi pecho. —Así es...— dice mientras se inclina y me dan suave beso. Yo aprovecho de acariciar su mejilla y encuentro el nac
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Capítulo 36: Escocés precioso
—Doctor Wagner... ¿Se encuentra bien?— me preguntaba uno de los estudiantes. Cuando volteo es justamente Wallace, el pobre chico que tuvo que enfrentarme y comunicarme que había básicamente abandonado a mi esposa a su suerte. Lisa se enteró y le agradeció por su ayuda y además me hizo prometer que me iba a disculpar con él. Fue una conversación incómoda, pero lo hice, más o menos. —Ehhh... Sí ¿por qué?— —Usted estaba... tarareando una canción— dice mirándome con algo de preocupación. Y yo me quedo reflexionando. —¿En serio?— pregunto y él asiente —Guao, supongo que sí... lo estaba haciendo— Recordé que Lisa suele hacerlo, canta una canción mientras prepara el desayuno y yo desde hace un par de días me quedo observándola; muchas veces sin que ella se dé cuenta. Así que al parecer yo el doctor amargado y malhumorado... estaba cantando una canción que ni siquiera conozco. Recuerdo que alguna vez leí que las personas cantaban cuando el corazón estaba contento. Poco me había imaginado
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Capítulo 37: Nunca lo serás
—¿Qué estás cantando?— me pregunta él, susurrando a mi oído, abrazándome desde atrás, por sorpresa, mientras yo sonrío. Estoy preparando el desayuno y debo haber comenzado a cantar muy bajito, pero él parece estado inusualmente atento a mí. Me encanta que haga esto, no puedo empezar a explicar cuánto me gusta. —Ummm creo que es una canción vieja, no recuerdo muy bien el nombre. Habla sobre una pareja y uno de ellos tiene mucho miedo, porque hace tiempo que estaba solo, y de alguna manera eso impide que la relación continúe, y se refiere a que tienen que avanzar— le explico intentando recordar la letra completa. —¿Cómo por ejemplo? Canta para mí…— pregunta a él, y la punta de su nariz roza suavemente mi cuelo, desde la base hasta detrás de mi oreja, mientras va dejando suaves besos, literalmente, sutiles roces. Son deliciosos. —Canto muy mal— digo entre risas, como diría la mayoría de las personas, ¿para qué demonios estaba cantando? —Por favor... compláceme— dice de una forma end
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Capítulo 38: Intereses involucrados
—Bueno... mujercita tienes dos opciones hacer esto por las buenas o por las malas, y te cuento que ya me estás cansando— me dice esta extraña mujer quién por más que le pido no me dice su nombre. Es alta y esbelta, y sin duda ella y Jonah parecen llevarse bastante bien, hay algo entre ellos… se conocen, pero no sé si son familia o pareja... lo que si es claro es que no se traen nada bueno. Básicamente, me han obligado a acompañarlos, han hecho como si yo vine voluntariamente con ellos, pero solo a través de amenazas. Me han traído a unos kilómetros más allá del Instituto, en una zona que parece industrial y está muy solo. No es algo espontáneo, sino todo lo contrario. Me pregunto por cuánto tiempo deben estar planificando esto y principalmente ¿Cuál es su objetivo? Jonah está intentando meterse conmigo desde que lo conocí, pero ¿Por qué? Él ni se lleva bien con Oliver, ¿Cuál es el sentido de todo esto? —No sé qué quieren conmigo, pero nada de lo que están haciendo los está haci
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Capítulo 39: Mentiras sobre mentiras
—Amiga… cálmate por favor...— me decía Mara intentando tranquilizarme mientras yo estaba caminando de un lado a otro en su sala. —He sido una tonta Mara, ¡Una completa tonta!— decía yo completamente agitada. —Amiga... me estás preocupando, siéntate un rato y termina tu té y....— —¿En qué momento acepté esta estúpida idea? ¿Por… por qué demonios lo hice? Tenía que haberme quedado esperando hasta... hasta encontrar un hombre con el que estar realmente ¡Que me amara! ¡Que quisiera tener un hijo conmigo sin ningún problema, sin acuerdos ni contratos! O o o en último caso adoptarlo yo sola... pude haber demostrado que yo sola era absolutamente capaz de ser una madre adecuada... de dar todo lo que una criatura pueda necesitar— decía yo ahora llorando. Mi amiga me miraba con preocupación mientras yo seguía caminando temblando. Después de más amenazas y con todo la evidente intención de aterrorizarme, Jonah y esa mujer me habían dejado ahí, sola, tirado mi cartera con mis cosas mientras
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Capítulo 40: Habla con ella
Todo parecía completamente extraño, era como si desde hace semanas hubiese sol con una brisa cálida y agradable, inclusive había pequeños arcoíris flotando entre nubes y de repente... un día gris caía, sin que apareciera posibilidad de cambio. Mi vida luminosa había cambiado. Todo porque ella cambió. Después que estuviéramos juntos y tan íntimos... Lisa parecía estar decididamente apartada de mí. Al inicio era por estar con Mara, luego porque había mucho trabajo en el hospital, después era Perla, luego un evento... hasta que finalmente me parecía que todo eran simples excusas. No solo era que yo ya no tenía el placer de compartir la cama con ella, estoy iba mucho más que el simple sexo. Ella me evadía completamente como si no quisiera que yo la viera. Esto no tenía ningún sentido, ¡si habíamos estado tan bien! Un par de veces la confronté y le pregunté si sucedía algo en particular, pero la veía tan débil y cansada que no quise insistir. Temía que ella hubiese cambiado la percepc
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