Sentimientos encontrados se mezclan en el interior de Tron al ver a su mate después de tanto tiempo. Se la encuentra tan demacrada que siente rabia contra sí mismo por no haber sabido mantenerla a salvo, de igual manera, le provoca terror que ella esté en manos de ese ser despreciable y a su merced, por la que la ira que lo consume aumenta, pero al mismo tiempo, un dolor cargado de culpa lo tortura. «Me imagino lo mucho que has sufrido a tu suerte, pequeña loba», piensa impotente. De repente, las palabras de Claudio resuenan en su mente y él mira a Otsana por instinto. «¿La pequeña loba estuvo embarazada? De ser así, ¿qué le sucedió al cachorro?», teme a la respuesta de su interrogante, pero el estado en el que su mate se encuentra le da una idea de que, quizás, ese embarazo lo pudo haber perdido. Él corazón le duele de tan solo imaginarlo. «La pequeña loba estuvo embarazada... de mí...». "Más te vale que la sueltes o tu muerte será lenta y dolorosa, infeliz", amenaza a Claudio,
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