El restaurante es toda una belleza, al principio Amelia se sintió obligada a acompañarlo, pero una vez en el sitio ha cambiado de parecer ya que sin dejar de ser elegante y ostentoso – mucho a su parecer – es hermoso y acogedor aun cuando se trate de un establecimiento al aire libre. En el momento que entraron, fueron atendidos amablemente y de manera exclusiva.— ¡Esto es una belleza Bastián! – exclama Amelia con una sonrisa que lo conmueve por completo.— Gracias cariño – expresa con ternura él — me alegra que te guste a pesar de que te traje casi obligada – el rostro de ella se colorea de vergüenza y Bastián sonríe triunfante.— No me has traído obligada Bastián, no seas exagerado por favor – lo mira mal —, es solo que no me agrada que decidan por mí y menos cuando ya he hecho planes – aclara.— ¿Entonces ya tenías planes, eh? – asiente presuntuosa — ¿y se puede saber cuáles eran esos planes? – ella arruga los labios.— Eso es cosa mía – le hace malos ojos.— ¡Ah, con que t
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