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Todos los capítulos de Mi relación con el Magnate Griego: Capítulo 111 - Capítulo 115
115 chapters
Capítulo 110
¡Jamás estuvo más aterrado en su vida!Nunca un suceso de esa índole le había dolido tanto.Y nunca había estado más deseoso de aniquilar a alguien aun cuando no sabe a lo que se enfrenta, ni siquiera tiene idea de quien se encuentra detrás de esto. Ahora entre la confusión de las balas, la muerte del chico es mucho más consciente del peligro que corre su mujer y su hermano. Tiembla, pero antes de levantarse del piso siente como lo arrastran hacia atrás y el cadáver del niño que indirectamente le salvó la vida queda expuesto aunque no se escuchan disparos.Se remueve entre los brazos que le tienen cautivo, llora desesperado por el dolor que atenaza su pecho al pensar que sus seres amados pueden llegar a tener ese mismo destino del jovencito que ha muerto por su culpa, esa que siempre pesará en su conciencia y no lo dejará dormir porque aunque sea un hombre duro de carácter, no es dueño del destino de nadie y menos de la vida de alguien tan joven.— ¡Cálmate Bastián! – César lo sostien
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Capítulo 111
— ¡Voy a matarlo! – expresa un Bastián rojo de la ira — ese maldito bastardo la pagará…Camina de un lado a otro mientras César envía la fotografía del hombre que a su parecer es la reencarnación de Demetrius.— Deberías calmarte Bastián…— ¿Es que solo eso sabes decir? – ruge con fiereza a su amigo — nos calmamos mientras mi hermano se debate entre la vida y la muerte y mi… ¡Dios! – dobla su cuerpo tratando infructuosamente de sosegarse.— En este momento no necesitamos una crisis – le dice César fríamente — te necesito calmado para que matemos a todos y salvemos a la chica junto con Arístides – explica como quien lo hace a un pequeño de jardín — estamos tratando con un matón de calle amigo mío, pronto va a cometer un error.— ¿Matando a los míos? – aprieta los puños como queriendo arrancarse los dedos, luchando contra sí mismo — si algo les pasa ya no me quedará nada – esta vez su voz sale tan temblorosa que César baja un poco la intensidad de sus palabras.— Nadie va a mo
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Capítulo 112
El cuerpo de Amelia se sacude por los sollozos y el llanto que la ahoga. Bastián entra a la habitación ya duchado y con la toalla enrollada en las caderas, revisa en los cajones del closet sin percatarse de que su amada está gimiendo hasta que escucha el grito que lo descontrola y sin ningún cuidado corre hacia la cama olvidando que la toalla se desliza dejándolo completamente desnudo.— ¡Amelia, mi amor! – trata de tomarla en brazos, pero ella manotea luchando contra sus demonios — ¡Amelia!Sus ojos se abren y al verlo desnudo retrocede temerosa de lo que está viendo. Por un momento no lo reconoce, pero al mirar la tristeza en ese par de mares que en algún momento la llenaron de dicha, de amor; cae en cuenta de que no era ella misma. Entonces recuerda lo sucedido y llora desconsolada. Bastián lo único que hace es mirarla desde la orilla de la cama queriendo consolarla entre sus brazos no obstante, necesita su permiso porque no desea asustarla.Vuelve al vestier, se mira al espejo y
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Epílogo
Cuatro meses luego…— ¡No quiero un vestido blanco Ana! – la morena mira a su amiga ofendida por completo.— Discúlpame, pero Ángela…— Tengo siete meses de embarazo, los tobillos hinchados y un humor de perros Ana Blechman – la señala con el dedo índice — dudo que sea buena idea llevarme la contraria – advierte sutilmente una mujer que desde hace cuatro meses resurgió de sus propias cenizas como el ave fénix — y respecto a mi madre… pues, descansa en paz y dejémosla ahí - la chica niega con la cabeza y mira a quien va a ser el esposo.— ¿Qué, yo no hice nada? – se defiende en contra de lo que sea tramen esas dos.Según su percepción.A Bastián Christopoulos le ha cambiado la vida gracias a un embarazo que resultó ser gemelar y en el peor momento de su existencia Amarantha – su hija que nacerá en dos meses – decidió que era tiempo de moverse en el vientre de su madre. Aquel día en el aeropuerto Amelia no pasaba bocado desde hacía dos días, pero su pequeña se negaba a aguantar e
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Epílogo Parte II
La noche se hace incómoda para Amelia, la nena se mueve inconsolable y Bastián lo nota. Abraza a su mujer por la espalda acariciando su voluminoso vientre para calmar a su hija que al parecer tiene un temperamento fuerte y temerario porque minutos después su madre grita de dolor porque tal parece que ya desea abandonar la comodidad del vientre.El teléfono de César suena y lo coge enseguida mientras su novia duerme agitada por cada pensamiento del infierno que pasó mientras estaba secuestrada en aquel calabozo.— ¿Bastián, que sucede? – indaga con nerviosismo.— Ya es hora hermano, te necesito aquí porque estoy cagado de miedo – César ríe audiblemente.— ¡El gran Bastián Christopoulos amedrentado por unos dolores de parto! – ríe mientras sube el vaquero y despierta a Ana — eso tengo que verlo…— No son los dolores, hay sangre César, mucha sangre…Y no dice más, se dirigen una vez arreglados a la clínica. Encuentran a Bastián caminando de un lado a otro tratando infructuosamente de
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