Casi se cumplía una semana desde que Clarisse perdió todo contacto con Soren. No obstante, se había comunicado con Peter y por lo que sabía, venía de regreso a la ciudad. La pelinegra no sabía cómo sentirse, una parte de ella estaba emocionada porque probablemente lo volvería a ver, pero otra quería estrangularlo por no enviar ni un misero correo electrónico.No es cómo si en Malacia no existiese el internet.Pero Lorna tenía razón, debía pensar con claridad lo que haría. Bien podría dejarse llevar por el enojo o hablar moderadamente, pero tenía tantas ganas de golpearlo que le era imposible pensar en qué decir.—Oye, mira eso —indicó Lorna, llamando su atención y apuntando con la el mentó al frente.Camino hacia el balcón se encontraban Galen y Tessa.No sabía en qué momento llegó la morena, pero tenía una vaga idea de la razón por la que ella estaba ahí. Sonrió al ver cómo su amigo hacía movimientos torpes y actuaba nervioso, el rubio parecía un novato en todo sentido. Pero ya era h
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