L’guevett o la casa del lago cómo era llamada vulgarmente, era una propiedad deslumbrante, una de las muchas que pertenecía a la familia real. El rey Lacus cómo un regalo de matrimonio para su esposa, la reina Belén en 1807, y desde entonces no sólo ha sido un destino vacacional para la realeza, sino también un sitio histórico.Pero esa noche era el lugar en donde estaban presentes los altos mandos de las agrupaciones criminales más peligrosas del mundo. Algunas podrían ser un mito y otras tan viejas que hasta era parte de la historia del mundo. Sin embargo, a pesar de que eran poderosas, ninguna podía hacer nada sin autorización de los peores de todos.La Gran Hidra tenía sus múltiples ojos sobre todos y cada uno de ellos, no había escapatoria del aterrador poder que tenía la familia real. Es por eso que, si ellos llamaban, todos respondían.El lugar estaba lleno, hombres y mujeres de diversas edades y etnias convivían en una zona neutral, pues no todos se llevaban bien. Pero si alg
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