Aquella caricia hizo que estallara el deseo que lo atormentaba noche y día, e incapaz de contenerse, Gtensó los brazos a su alrededor y empezó a devorarle la boca. Ella respondió con un gemido que él apenas logró oír, con un temblor que casi ni notó. Tenso, hambriento, cayó víctima de ella y de sus propios anhelos. La pasión no era algo nuevo para él, había sentido deseo de forma pasajera,deseo apasionado y con más o menos intensidad; entonces, ¿por qué aquello parecía una experiencia completamente nueva? Había tenido a otras mujeres en sus brazos en el pasado, había sentido su suavidad y había saboreado su dulzura, pero jamás había conocido una suavidad ni había experimentado una dulzura como las de Laurent. Su boca inició un lento recorrido por el rostro de ella, por el contorno de su mandíbula, por su cuello, saboreándola y devorándola. Sus largas manos se deslizaron bajo la camisa que ella llevaba, y empezaron a explorarla en dirección ascendente. Al principio, la delicada línea
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