Los presentes esperaban una reacción fuerte y agresiva de parte de Luciano, después de todo, era lo que acostumbraban a ver de él. Sin embargo, su reacción fue completamente opuesta a lo que pensaron que sería. – Busca la llave de la suite –ordenó a uno de los guardias mientras iba a lavarse un poco. Los hombres se miraron entre sí, pero no dijeron nada, solo obedecieron. Luciano odiaba la suciedad, por eso siempre cargaba guantes, pero una de las cosas que menos soportaba en la vida era el vómito. Sentía un asco terrible y en ese momento solo lograba controlarse porque era Rebecca quien lo había puesto en esa situación. Estaba seguro que de haber sido alguien más, ya habría acabado con él. Luciano respiró profundo, se lavó lo mejor que pudo para luego lavar el rostro de la chica. No quería que ella tampoco anduviese sucia y sabía además que un poco de agua en su cara le ayudaría a recuperarse de su estado. Apenas el guardia regresó con la llave, Luciano carg
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