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Todos los capítulos de Mentira Perfecta: Capítulo 121 - Capítulo 130
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Después de tres años
လ++Gisela++El mundo o universo es demasiado injusto, he encontrado en el momento y tiempo menos indicado al hombre que hizo que mi vida diera un giro enorme. Ese hombre que adoró mi cuerpo, acarició mi piel, hizo que mi sangre ardiera de pasión, sí, de esas que no se olvidan. He disfrutado de la libertad de explorar cada centímetro de él, hmmm… Mi historia con Adal se terminó en el momento que se enteró de mi embarazo, de que llevaba un bebé suyo dentro de mí. Lo sigo recordando porque no es un hombre que se llega a olvidar de la noche a la mañana.“Es que siempre supe que el hombre que amo es un hombre de muchas mujeres y no un pobre hombre que quiere serle infiel a su amiga, su novia, amante o esposa”.Han pasado tres años desde que partí de Berlín y ahora estoy de regreso como una de las encargadas de las empresas de Lucero, durante estos años me he esforzado para aprender y ganarme un lugar en la empresa, como en los corazones de ellos.Soy en la que confían y esperan que enfren
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Sentimientos ocultos
—Lo lamento, acabo de amenazarla y si no me permitía verte iba a abandonar todo el proyecto con la empresa.—Perfecto, son cinco minutos y es mejor que te apresures, ya que el tiempo para mí es valioso.—Gisela, lament...—No… No, quiero saber qué es lo que lamentas —niego con la cabeza, mi mirada se mantiene fija hacia la suya, sin ninguna emoción y parpadeo—, te quedan tres minutos, y no te conviene desperdiciarlo con cosas personales.—Quiero entrar al proyecto, pero siempre y cuando tú seas la que lo dirija, no me interesa nada lo que Lucero está hablando en este momento y... —guarda silencio al darse cuenta de que está diciendo más de la cuenta—. Sí, si quieres que esté en tu equipo deberías hacer trabajo conmigo, quiero que tú y nadie más que tú se encargue de mi contrato.—Espera… Espera… Espera, quiere decir que aceptas el proyecto sin verlo siempre y cuando sea la que te lo presente.—No, no… No digas eso —se acerca, esa mirada acongojada hace que baje la guardia, pero recuer
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¿Deber o sacrificio?
—¡Bravo, bravo, bravo…! —vuelvo a mi cruda realidad al ver a la persona que esperaba que estuviese frente a mí—, ustedes madrugaron.Lucero entra y eso hace que sienta un alivio en mi corazón, ahora me siento protegida.—Qué bueno que las dos amigas sigan siendo amigas, y oficialmente soy su cliente, bueno, es tiempo de que me retire, mi secretaria las llamará para encontrarnos, ya que debemos celebrar.¿Qué? Este hombre está completamente loco.—No creo que se pueda, tengo muchas cosas que hacer y si quieres celebrar puedes ir con Lucero...—No, se supone que este trato es de los dos, no hagas que me arrepienta.—Es una amenaza —frunzo el ceño.—Puedes tomarlo como quieras, solo que no acepto un no por respuesta, ¡perfecto!, las estaré esperando, pasen un buen día.Él se levantó, dejándome con la palabra en la boca, quería negarme en ese momento, pero Lucero me lo impide diciendo que estaremos sin falta, pero que también a él no se le olvide cumplir con el trato de que los demás clie
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¿Dónde está mi hijo?
လEl salón emana una majestuosa presencia que mi ser transmitía una serenidad completa. La cena no fue en un restaurante como él nos los había mencionado, todo, al contrario, la cita de celebración es en su casa.Al salir de casa, Lucero me mencionó que la cena sería en el mismo restaurante italiano que aquella vez nosotros cenamos, pero las cosas cambiaron cuando estábamos a unos metros del restaurante. Lucero recibió una llamada que le daban específicamente la dirección en la que debíamos ir.Él estaba jugando conmigo, me estaba tomando del pelo porque se supone que la reunión iba a hacer en el restaurante y no en su casa. ¿Qué es lo que trama? En ese momento ardía de furia, estaba cancelando todo porque él estaba cambiando de cartas. Sin embargo, me tuve que tragar la rabia que tenía porque Lucero insistió en que sea el lugar que sea, nosotras debíamos asistir, y que no me preocupara, ya que se supone que todo es negocio.Ella insiste que el acercamiento de Adal, es puro negocio, s
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Aliados
++Adal++Esto sí que ha terminado mal, pensé que tenía todo calculado y por mis impulsos ella se ha espantado, eso no es todo Lucero tuvo que aparecer en el preciso instante en el que pensaba llevar a Gisela a su casa, mi plan es que ella me diera su dirección, así se me hace fácil la opción de conocer a mi hijo.Me desesperé desde que me enteré de que ella vendría a esta ciudad y de que trabajaría en una de las empresas de la familia de Lucero, no demoré mucho en comunicarme con la mujer que me debe la vida, esa tramposa que hizo que mi matrimonio terminara.Hace mucho intenté contactarme con Lucero y no se pudo, pero esta vez fue fácil porque su propia empresa se comunicó con la mía, que quería hacer negocios con nosotros y que si me interesaba podía comunicarme con una de las dueñas de la empresa, “Lucero”.Me comuniqué con ella y la puse entre la espada y la pared. “Traerme a Gisela con mi hijo o si no le contaba al mundo entero lo que hizo”. Claramente, no estaba jugando con mis
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Otro día en el trabajo
လ++Gisela++ —Pasa —alzo la voz, desde el tocador de la oficina, ya que he escuchado la voz insistente de Dolores.—¿Dónde estás mujer? Lo siento, pero te escucho mal.—En el tocador mujer, no es posible que no me escuches si te estoy gritando.No es posible que después de que llorara toda la noche haya quedado afónica. No es que quiera recordarlo, pero todo lo que tiene que ver con Adal y mi hijo es imposible de olvidar. Ayer me encerré en la habitación de Gerald y por ningún momento le dirigí la palabra a Lucero, ya que la ingrata se estaba enredando con Alfonso, ¡se supone que iba a estar cerca!En la mañana siguiente me levanté y acercándome al comedor, Dolores me informa que Lucero se puso a tomar toda la madrugada, que era difícil que ella se levantara para acompañarnos al trabajo. Fui a comprobar en su habitación, a pesar de que tenía la esperanza de que Dolores se haya confundido, pero las cosas como son, Lucero estaba tendida en la cama y ni la alarma menos mis gritos lograr
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Tu mamá está en la ciudad
—Por favor, tengo que atender esta llamada, puedes adelantarte a la oficina —súplica en voz baja, y al asentir ella continúa con la llamada.No hay problema en esperarla, pero tampoco no le veo el problema en adelantarme. Esto es normal, el sentimiento de que todo fracase o de que se me salga de las manos, intento ser la mujer optimista, pero el miedo se aprovecha de mi sensibilidad.—Buenos días —dijo con voz desinteresada en cuanto crucé el umbral de la puerta, dejándome con la boca abierta porque la única persona que está dentro del salón es Adal.Estábamos en una sala bien iluminada, con una gran mesa, sillas y un minibar, todo para los clientes.Crucé los dedos para no ser la víctima del día, no quiero perder la razón. Es que lo de ayer fue demasiado fuerte y no soporto la idea de que él quiera volver a tocar el tema de mi niño.¿Qué es lo que debo hacer?No puede ser, tengo que recordar que él puede venir a la empresa en el tiempo que desee, no puedo correrlo y ofenderlo. ¡Tengo
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Un sueño del que quiero despertar
++Gisela++Solo fueron tres años, ¿qué ha pasado? ¿Por qué no me llamaron? Nooo, esto debe ser una broma de mal gusto, Adal no puede decir que mi padre ha muerto, que no tomó la medicina, ¿cómo? Yo le mandaba dinero y extra también, siempre me rompió el lomo de trabajar tanto para que a ellos no le faltara nada.Ash, es que me duele todo, siento que voy a morir, me cuesta respirar.Padre mío, no puede ser cierto lo que Adal acaba de decir, no puedo aceptar que te me hayas ido, ¿por qué lo hiciste? Jamás tuve intenciones de que se fuera de mi lado, ellos… ¡Fue esa mujer! Ella es la culpable de matar a mi padre, de quitarle su dinero y de dejar en la calle a mi madre.—Por favor, no puedo dejarte ir —escucho los gritos de Adal detrás de mí—, no hemos terminado de hablar, por favor, no me hagas esto.Limpio las lágrimas derramadas, y con ambas manos peino parte de mi cabello, doy media vuelta, y lo primero que veo es Adal con los ojos apagados, y una mirada perdida. Mmm… ¿Qué raro? Bajo
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¡Hiciste lo mismo que Adal!
Lucero, ella es la persona que se me viene en la mente, es que la misma escena no deja de darme vuelta y vueltas. Adal salió de la oficina mientras estaba hablando con Lucero, ella me llamó llorando, diciéndome que había visto a mi madre en la fiesta de anoche en casa de los padres de Adal y que si quería más información era necesario que buscara a ese hombre sí o sí.Ella tocó el tema de mi madre y fue en ese entonces que no demoré en ir tras Adal, lo siento por Dolores, pero el tema de mi madre era muy delicado y no podía esperar más tiempo, solo él tenía las respuestas a todas mis preguntas, lo que no esperé es que una de las respuestas era el fallecimiento de mi padre, cuesta que mi cabeza y corazón lo asimilen, soy un ser humano que tiene un corazón y siente dolor por un ser querido. Por un Dios que está en los cielos los amaba.လTerminé cediendo y, Adal finalmente se salió con la suya. Ha pasado una semana completa después de aquel día que me quedé en su casa, junto a mi hijo,
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Ella fue la única que estuvo conmigo
—No, necesito que ellos se vayan —respondí cabreada—, entiendan por una vez que necesito estar sola.—Joder... —farfulló él y a mí me dieron ganas de abrir la puerta—, no sé lo que ocurrió para que te encerraras, pero una cosa te digo mujer y es que si no me sales ahora nosotros no nos vamos y tampoco los empleados porque no es justo de que tú te quedes y ellos se vayan a dormir.Ese hombre está demente, no tuve otra opción que abrir la puerta, ¡perdí! Me enredé toda y medio dije que los dos estaban dementes.—Nena, ¿qué te pasó? —Dolores viene a mí con los brazos abiertos—, ¿por qué no me has llamado?Me detuve, se me hizo un nudo en la garganta, al sentir sus brazos junto a los míos y me suelto a llorar, entre llanto y llanto le digo que soy la culpable de que otras personas tomen malas decisiones.—No, eso no es cierto, todos somos responsables de nuestros actos y tú no le has metido un cuchillo para que esa persona la embarrara como hacemos con la mantequilla al pan.No lo hice co
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