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Todos los capítulos de Venganza del Destino: Capítulo 11 - Capítulo 20
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Cuentas pendientes.
Suponiendo que no tendría que compartir el auto con Maximiliano y su prometida, Isabella soltó un resoplido de alivio expulsando el aire que había reprimido al tener que estar bajo la presión de cumplir con los mandatos de Maximiliano, quién se estaba aprovechando de que ella es una asistente.Cuando estaba colocando al niño dentro del coche en su silla le costaba ponerle el cinturón de seguridad, suponiendo que había quedado bajo el cuerpo del infante, y con el fin de no despertarlo trataba de acomodar el asiento con el pequeño en brazos, pero para sumarle más complicaciones y estrés al asunto, el zapato derecho de Emiliano se le cayó.Ella se sentía mareada porque no está acostumbrada a la tarea de cuidar a un niño; no se trataba de que no tuviera las ideas para acomodarlo, sino que le falta práctica porque esta es la primera vez que está tratando con un pequeño.El conductor privado de Maximiliano no arrancaba y ella creía que debía ser porque esperaba a que acomodase al niño; sin
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Absurdo malentendido.
Isabella estaba todavía quieta en su lugar, con Maximiliano como juez y carcelero delante, aún con sus brazos apoyados a la pared tras su espalda y con el rostro muy pegado al suyo. Esa cercanía la hacía sentir oprimida y sin saber qué decir para justificar que había fingido ser otra persona, evitaba hasta inhalar, suponiendo que respirar no estaba permitido para ella.«¿Cómo sabe quién soy?, he cambiado mucho de mí y nadie me ha podido reconocer», se cuestionaba buscando el motivo por el cual había sido descubierta. Pero no encontraba uno, suponía que era inevitable que Maximiliano la dejara retirarse sin primero decirle todo con lujos y detalles.«¡Dios! ¿Qué se supone que debo hacer ahora?», clamaba internamente deseando que una respuesta inteligente llegara a su mente para no ser orillada a revelar la verdad de lo que pasaba. Siendo ese clamor simplemente un pedido imposible.Su intención no era llorar ni mostrarse débil, pero saberse descubierta la afligió un poco porque sintió
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Insoportable señor Gil.
Oliver se quedó con las cejas alzadas y la boca muy abierta en el momento que su secretaria lo llamó para comunicarle que Maximiliano había llegado a la empresa.«Maximiliano Gil me está empezando a fastidiar», Farfulló en silencio sintiendo la cólera bullir en su sistema. Le fastidió notar que aún es muy temprano, debido a que él no está acostumbrado a sentirse presionado.Con una mujer acostada sobre su pecho chasqueó la lengua analizando que no podría llegar a tiempo para recibirlo.Su secretaria le transfirió de línea poniéndolo en comunicación directa con Maximiliano.—Buenos días, señor Gil, disculpe mi falta puesto que no lo esperaba — saludó lleno de Ironía y cuando escuchó un sonido de fastidio que hizo Maximiliano ratificó: — me refiero a esta hora.Aunque tuvo que hacer un esfuerzo, Oliver escondió el desagrado en su tono de voz y se pidió a sí mismo soportar al arrogante hombre que tiene al teléfono hasta completar su plan, así que reemplazó la tonalidad por una más amabl
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Jefe déspota.
Maximiliano no dejaba de observar disimuladamente a Isabella, apreciando cada uno de sus gestos y como trataba de buscar posturas cómodas para Emiliano, incluso cuando sentía que él no estaba pendiente la veía acariciar su cabellera y sus manos, y cuando no, lo olía como si disfrutara del aroma que posee el cuerpo del niño.Durante media hora él no hizo nada más, incluso fingió que iba a realizar cosas fuera del despacho para poder darle espacio a que ella pudiera ser más suelta con el pequeño.Toc, toc.Sonaron dos toques en la puerta del despacho.—Pase— permitió Maximiliano suponiendo que era una de la recepcionista a la que ordenó subirle un café.Pero se trataba de Oliver que en cuanto llegó acudió a buscar a Isabella trayendo consigo una lonchera que desde fuera se podía oler el delicioso desayuno que estaba dentro.Puesto que de camino a la empresa se tomó el tiempo para comprarle especialmente un desayuno a Isabella teniendo claro que por la rapidez con la que le pidió estar e
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Corazón de cristal.
Isabella hizo distintos platos, cocinando una y otra vez, pero era como si no lograra captar el arte culinario, puesto que en cada intento le salía peor.En su cuarto intento miró a su espalda, viendo a través del espacio abierto que hay entre la majestuosa cocina y el Living Room lujoso amueblado con un gran sofá tipo L y una enorme pantalla plana con la cual el padre y el hijo se divertían observando caricaturas animadas.«¡El quinto intento puede que sea la vencida!» —Con un susurro se animó a sí misma volviendo a tomar más ingredientes.Minutos después cuando creía que iba agarrándole el truco a la cocina, percibió una respiración caliente sobre su nuca que la hizo estremecer alterando su sistema nervioso.Maximiliano no pudo reprimir la tentación de ir a verla más de cerca, y fingía estar supervisando lo que hacía Isabella, pero muriendo de ganas por rodearle la cintura con su brazo derecho y atraerla a él en esa misma posición. Al mismo tiempo que le dejaría varios besos en la d
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Niño astuto.
Maximiliano se quedó todo el día sumergido en las cosas de la empresa que debía estudiar con mucha calma y detenimiento, porque cuando se trata de sus inversiones es muy cauteloso y por esa razón es que su empresa está entre las mejores; sin embargo, ser un empresario tan exitoso y padre dedicado le acapara todo el tiempo por lo que al estar pensando entre las empresas y en Emiliano se descuida y no saca tiempo para comer justo como le había pasado hoy. Más tarde, luego de haberse alimentado correctamente, Emiliano se sintió agotado mientras veía caricaturas junto a Isabella y aunque los dos estaban sentados en un mismo sofá, él se fue acercando lentamente hasta que se acomodó entre sus brazos en busca del calor corporal hasta quedarse dormido, porque como el mismo niño lo ha expresado le gusta el aroma maternal que desprende el cuerpo de Isabella. Ella se pasó una mano por la cara tratando de no afligirse, porque, aunque le ordena a su subconsciente, no hacer que recuerde a su hijo
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Un grave error.
—¿Y qué lo detiene? — Maximiliano le fue directo porque hace tiempo que había dado la orden para realizar esos anuncios.—La actriz Chiara Lorenzo ha puesto muchos requisitos y afectó el proceso del rodaje— le manifestó el hombre que no se atrevía a decírselo directo a Chiara porque la exposición del hijo ilegítimo de Maximiliano hizo que todos los empleados la supongan la madre de ese niño y no se atreven a ofenderla. Puesto que tampoco quieren enfadar a la futura esposa del presidente.«Esa mujer es cruel», pensó el hombre sin dejar de ver a su jefe a través de la pantalla, debido a que ya ha sido víctima de la ferocidad de Chiara, quien causa dolor con palabras que son como dagas filosas.—¡Señor Zares es usted un incompetente que no es capaz de lidiar con una pequeña actriz que necesita de este trabajo para volver a darle fuerza a su carrera! — Maximiliano arremetió culpando al supervisor, quien también está en la videoconferencia junto a los demás encargados y el hombre se sintió
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Extrañamente atrapados.
Con mandíbulas apretadas, Maximiliano volteó a mirar a Isabella fijamente con mucho rencor y ella que se encontraba cerca viendo junto a ellos el video dio tres pasos hacia atrás. En su vida nada ni nadie más qué Blas Sued la había hecho sentir intimidada, sin embargo, ahora ese hombre tan feroz lo estaba logrando y ella sentía que él tenía todo el derecho de comportarse y reaccionar de ese modo.Ella, por su parte, también estaba angustiada y muy mortificada, más porque conoce en carne propia lo que se siente que un niño desaparezca.«Debo encontrarlo, lo voy a hacer», se propuso muy desesperada porque sintió que no podía dejar que a Emiliano le pasara algo y, ya que no pudo evitar que su hijo le fuera arrebatado, demostraría que es capaz de cuidar a alguien que aprecie cómo ha empezado a querer a ese pequeño.Oliver y Emiliano salieron a buscar por la escalera de emergencia debido a que por ese lugar fue que lo vieron entrar cuando desapareció.Al no encontrarlo, Maximiliano ordenó
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Un pasado que recordar.
Maximiliano se sentía torpe y su cabeza se llenó de pensamientos que le hacían doler el corazón, debido a que esta es la primera vez que está lejos de su hijo, porque siempre lo tiene a su lado, es tan protector con ese pequeño que nunca había dejado que nadie se encargue de él, muy pocas fueron las veces que lo dejaba con Chiara y no era que confiaba del todo en ella.—Tengo horas sin ver a Caroline— manifestó Oliver frunciendo el ceño, ya que le parecía extraño que ella no estuviera ahí junto a ellos y esa declaración hizo que Maximiliano se pusiera tenso al suponer que quizás todo ha sido una treta de Isabella para llevarse al niño, puesto que volvió a pensar en la conversación que sostuvo con su amigo Hugo y recordó una advertencia que él le hizo:—No te olvides del tipo de persona que es, quizás busca acercarse a ti para recuperar a Emiliano y así volver a venderlo por dinero.«¡Maldición, ¡cómo pude ser tan estúpido!», cavilaba, dando por hecho que eso fue exactamente lo que suc
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Golpeada por la realidad.
Continuación del recuerdo de Isabella:Cuando el hombre corrió a él para atacar, fue tan simple para Maximiliano derrotarlo, solo levanto su pierna propinándole una patada que hizo al aprensivo caer de bruces contra el pavimento, y estando en el suelo él volvió a patearle haciendo que se doblara por el golpe.—¿Estás bien? — corrí a él recordando su herida, pero mi cuerpo estaba demasiado débil, me sentía en el aire y lo único que recuerdo haberle dicho fue— muchas gracias, no tendré vida para agradecerte.Puesto que perdí el conocimiento a causa del hambre y la conmoción. Cuando volví a despertar estaba recostada sobre él y dentro de un auto que se encontraba en marcha que nos llevó a un hospital.Durante su recuperación como gesto de agradecimiento le propuse: que yo sería su cuidadora personal, y pues como no tenía un lugar a donde regresar ni sabía que hacer era lo más conveniente, por lo que aceptó y lo cuidé por días, sintiéndome cada vez más atraída por él. Sin embargo, yo era
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