La sensación fue demasiado, la intensidad con que sintió todo fue en extremo imposible de tolerar. Elaine grito, o al menos eso creyó, sin embargo el dolor, aquella sensación electrizante que serpenteo a lo largo de sus terminales nerviosas y se extendió a cada parte de su cuerpo, logro eclipsar cualquier cosa que estuviera ocurriendo en ese preciso instante.Ella simplemente se quedo allí, de pie, sintiendo el dolor con demasiada intensidad. Al menos por algunos instantes.Luego, de forma casi instantánea, mientras escuchaba el sonido lejano de voces que parecían desesperadas, todo era ahogado, sofocado, de manera casi perfecta. Elaine sintió como su cuerpo se tambaleaba y perdía fuerza, ímpetu, aquel impulso que la mantenía atada a aquel mundo.Rápidamente, sus piernas se doblaron igual que las ramas secas de un árbol, y la hicieron caer. Su cuerpo habría impactado con violencia contra el césped cálido besado por el sol, de no ser por la agilidad de Damino.Sin pensarlo dos veces, D
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