Shh… ya pasara mi ángel. Yo estoy aquí. – murmuro besando mi frente. Te amo – dije y estampe mis labios necesitándolo. Lo bese con fiereza, con toda la fuerza que encontré en mí. Emerson estuvo sorprendido de mi apasionado beso, pero me lo devolvió de igual manera. Sin que él se lo espere, corte el beso bruscamente. Me levante y coloque –nuevamente- el pestillo de la puerta. Dedicándole una sonrisa, me volví hacia él, sentándome en su regazo, acomodando una pierna a cada lado de su cadera. Me miro con sus ojos totalmente nublados de lujuria y tomo mi nuca llevándome nuevamente hacia su ansiosa boca. Nuestras bocas comenzaron a moverse en una perfecta sincronía. Jamás iba a cansarme de besarlo, podría estar haciéndolo todo el santo día. Él era el hombre que amaba, que hizo que volviera a amar y volver a creer en el amor, otra vez. El doloroso pasado, quedaba allí, en el pasado –al menos por el momento-. Emerson era mi presente, y quería estar todo un futuro con él, lucharía contra
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