NARRA EMERSONEl viaje a Forks me había cambiado completamente y Berenice era la culpable. Desde que volvimos no pude dejar de pensar en ella en ningún momento, mis labios todavía sentían el roce de los suyos. Despertar con ella a mi lado fue una de las mejores experiencias que había sentido, deseaba amanecer así todos los días.Estaba más que claro, que necesitaba ser parte de esa pequeña familia, necesitaba tener a Dante y a Berenice junto a mí todo el tiempo. Ser yo el que los proteja, los quiera, les de mimos, pero por sobre todo, darles amor…El gran egoísta, solitario, gruñón, mandón y todos los apelativos que le habían dado a mi persona, había caído rendido a los pies de Berenice Swan, su fiel secretaria.Ya no tenía sentido ocultarlo más, o combatirlo porque era obvio que estaba enamorado hasta la médula de Berenice. Esa personita tan sencilla, humilde, dulce, comprensiva, cariñosa se había clavado directamente en mi corazón. Era una de las únicas personas que me entendían y s
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