—Entonces descansamos, mañana tengo mucho trabajo, pero antes debo recibir una visita.—¿De quién se trata? ¿Deseas que mande a preparar algo especial? —Miriam se iba en complacencias, quería ser una buena esposa.—No, Miriam, es solo un amigo que viene de paso y no tardará, me traerá unos compuestos que necesito para mi investigación.—Dado que es así, no cancelaré mi visita a casa de mis padres.—No lo hagas cariño —la palabra “cariño” Caden la profundizó, había sonado algo irónico, sin embargo, Miriam no notó ese detalle, estaba tan feliz en su esfera de felicidad que nada la perturbaba.Apenas el sol se coló por la ventana, Caden se levantó, se aseó y arregló. Luego, giró para ver a Miriam, quien aún dormía. Sintió la necesidad de salir de aquella alcoba con rapidez, la presencia de su esposa lo sofocaba.—¡Debo abandonar este infierno lo antes posible! —. Salió de la alcoba y bajó las escaleras hacia la sala, donde uno de los sirvientes le saludó, le dio el periódico y le pregunt
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